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Pippi se hace mayor

El legendario personaje alumbrado por la escritora Astrid Lindgren, Pippi Calzaslargas, va a pasar una temporada en Madrid. Tiene algunos años más de los que aparentaba en televisión, pero sigue siendo igual de menuda y pecosa que entonces y no se ha cortado las trenzas. Al director musical del espectáculo Pippi Calzaslargas, Ricard Reguant, le obsesionaba que las dos actrices protagonistas se asemejasen al máximo a la niña irreverente del libro original y la serie televisiva.Las elegidas, Vanessa Fernández de Córdoba y Montse Núñez, tienen 19 y 24 años, pero dan el pego: "Son delgadas, bajitas y con cara infantil; son perfectas para un papel que no podría hacer un niño por la dificultad gimnástica de los bailes", aclara Reguant. A Montse la conocía ya, porque había trabajado con ella en otros montajes. Y Vanessa fue la revelación: "Se presentó a una selección en la que había casi 300 personas y alucinamos en cuanto la vimos, porque es clavada a Pippi; incluso vino con las trenzas", recuerda el director. Las dos se alternarán en las funciones, unas veces de protagonista y otras de coro.

Con todo, el parecido físico no es lo único que cuenta en este espectáculo, que se estrena el 22 de diciembre en el Teatro de Madrid. Montse y Vanessa, junto a una tropa de 17 actores más, han tenido que acreditar pulmones poderosos, cuerpos gimnásticos y voz melodiosa. De ahí que el proceso de selección fuera especialmente duro. "En la primera parte tuvieron que interpretar un texto, una canción y un baile y, tras esa criba, se les hizo una prueba de danza casi acrobática", comenta Reguant. Y la dificultad va en aumento. Ahora, todos los cantantes-actores-bailarines están volcados en los ensayos de las doce canciones que deberán entonar en directo al mismo tiempo que pegan saltos y carreras sobre el escenario durante las dos horas que durará la función; según el director musical, la Pippi Calzaslargas que asomará al Teatro de Madrid es un espectáculo "familiar, más que infantil". "Odio ir al teatro con mi hija y aburrirme, porque, en realidad, no existe el teatro para niños. Este montaje va a gustar a todos los públicos: a los niños, porque les gustaría ser Pippi, y a los padres, porque nos gustaría haber sido Pippi", resalta. Por si fuera poco, no faltarán a la cita el caballo Pequeño Tío y el mono Señor Nelson, inseparables mascotas de la chica pecosa, que sobre el escenario tendrán una textura peculiar: el macaco es una marioneta en manos de la protagonista, y el equino también es de mentira, "un truco que viene de Dinamarca". Tampoco la producción es la usual de los montajes para los más pequeños, en opinión de Reguant. "El teatro para niños se hace con dos duros, porque no se puede hacer de esta manera, y éste es un montaje muy ambicioso", explica.

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