_
_
_
_
_

El congreso reprueba al sector moderado de Convergència

Los numerosos esfuerzos que hizo la dirección de Convergència Democràtica (CDC) apelando al cierre de filas y a la unidad de todas las familias del partido cayeron en saco roto. Los miembros del sector moderado de CDC, que el nuevo secretario general Artur Mas osó incluir en la ejecutiva como muestra de integración, recibieron un varapalo por parte de los delegados del congreso. Mas tampoco acertó en los nombres de las cuatro mujeres, pese a querer satisfacer a las bases del partido, que le demandaban un notable incremento de la presencia femenina en la ejecutiva. Tres de ellas fueron las personas menos votadas de las 10 que integraban la lista.El secretario general tiene la potestad de nombrar a 10 de los 41 miembros que componen la ejecutiva del partido. En principio este trámite se realizaba en el consejo nacional, pero los delegados obligaron a Mas a someter la lista a la ratificación del congreso.

Más información
Mas acentúa su perfil pujolista en el primer discurso como secretario general de CDC

Ocho de los diez miembros de la candidatura pertenecen al sector soberanista de Convergència y cinco ocupan una cartera en el Gobierno de Jordi Pujol. Por deseo expreso del presidente catalán, y consciente de que no podía relegar al sector histórico y moderado del partido, Mas incluyó en su candidatura al vicepresidente de la Mesa del Congreso, Josep López de Lerma, y a la ex consejera de Gobernación y miembro de la plataforma Catalanisme i Progrés, Maria Eugènia Cuenca.

Voto de castigo

La ex consejera fue la más castigada. Tan sólo recibió un 44% de los votos a favor. Las juventudes de Convergència difundieron entre sus militantes la orden de infligir a Cuenca un severo voto de castigo. A López de Lerma le votaron casi el 64% de los congresistas, un resultado más gratificante debido al peso político que el diputado todavía mantiene entre los delegados de Girona.En cambio, el sector soberanista de Convergència salió triunfante de la votación, sobre todo el ex secretario de organización del partido y consejero de Medio Ambiente, Felip Puig. Las ovaciones que recibía de los casi 2.000 delegados, puestos en pie, cada vez que algún orador pronunciaba su nombre desde la tribuna tuvieron su recompensa con el 82% de los votos. El diputado Carles Campuzano cosechó el 80%; la consejera de Enseñanza Carme Laura Gil, el 78%; el consejero de Política Territorial, Pere Macias, el 75%; el consejero de Agricultura, Josep Grau, el 71%; y el consejero de Presidencia, Joaquim Triadú, el 63%.

Por detrás se situaron el resto de mujeres. Los delegados de Tarragona castigaron a Inmaculada Juan, futura alcaldesa de Deltebre y representante de las comarcas del Ebro, porque la dirección no incluyó a nadie de esa zona en la ejecutiva. Maite Fandos, que ocupó el séptimo puesto de la candidatura de CiU al Ayuntamiento de Barcelona y con escasa experiencia política en el partido, sufrió la reprobación del congreso porque no entendió su inclusión.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_