El Barça revive la pesadilla amarilla
Víctor, con dos goles, expresó la superioridad del Villarreal sobre un rival impotente
El Villarreal tiene en el Camp Nou una mina: ganó hace dos años colocando a Van Gaal al borde del despido y ayer repitió la proeza. La grada destiló ira y se ensañó con el árbitro, que señaló al final un penalti y luego se desdijo a instancias del linier, que acertó en su decisión. Salieron pañuelos para el colegiado pero fue la expresión de la impotencia que sintió la hinchada. El Barça se empeñó en repetir su antigua cámara de los horrores: salir de Europa por la puerta falsa y ser derrotado por un equipo al que le bastó el sentido común, el orden y los goles de Víctor. Todo lo que no tuvo el Barcelona, que estuvo perdido, caótico y sin gol. Sólo marcó Cocu a balón parado. No fue extraño: los azulgrana habían sobrevivido gracias a Rivaldo y el brasileño está con su selección.Europa convirtió al Barça en un animal herido y el Villarreal, alentado por su propia historia, que se verá hasta en el cine, se encargó pronto de decirlo. Su gol fue meteórico: no habían transcurrido ni 20 segundos cuando el balón corría por el círculo central, Puyol resbaló y Víctor encaró a Arnau y marcó. El Camp Nou se quedó perplejo ante la repetición de la insolencia y de golpe volvieron las imágenes del pasado, de los goles de Craioveanu y de la gesta. El único consuelo es que el gol llegó muy temprano y aparentemente el Barça tenía tiempo suficiente para reaccionar.
BARCELONA 1 VILLARREAL 2
Barcelona: Arnau; Puyol (Gerard, m. 62), Abelardo, Petit; Xavi, Cocu; Simão, Luis Enrique, Sergi (Overmars, m. 70); Kluivert y Alfonso (Dani, m. 60).Villarreal: Unanua; Berruet, Quique Medina, Unai; Xavi Roca, Amor (Escoda, m. 78), Cagna, Arruabarrena; Gracia; Víctor (Moisés, m. 89) y Marioni (Craioveanu, m. 72). Goles: 0-1. M. 1. Marioni toca de espaldas un balón rechazado desde la línea de medios, Puyol se cae cuando iba a rechazar y Víctor recoge la pelota para definir de forma precisa sobre la salida de Arnau. Corría el segundo 29 de partido. 1-1. M. 21. Xavi saca una falta lateral y Cocu cabecea entre los dos centrales al fondo de la red. 1-2. M. 57. Víctor controla un rechace de Petit y marca de gran disparo a la escuadra izquierda de Arnau. Árbitro: Bueno Grimal, aragonés. Mostró la tarjeta amarilla a Medina, Berruet, Unai, Víctor, Unanua, Xavi, Cocu, Luis Enrique, Amor, Abelardo, Escoda y Moisés. A instancias del juez de línea, el colegiado se desdijo de la señalización de un penalti (m. 85), en una jugada en que el auxiliar acertó. Unos 60.000 espectadores en el Camp Nou.
El Villarreal dejó en evidencia todas las carencias del Barça. No estaba Rivaldo y ya se sabe que sin él los azulgrana se quedan secos. Xavi intentaba maniobrar enviando balones a Kluivert, muy marcado y buscando el centro de Simao. A Alfonso, otro día más, ni se le vio. Sin marcar el tiempo de juego, el Barça sólo transmitía rabia y el Villarreal replicó con dureza. Sus centrales acabaron amonestados. Fue excesivo porque el Barça sólo se acercó con un disparo a bocajarro de Xavi y en el momento del gol. El mediocentro sacó una falta y Cocu, de espaldas cabeceó a gol. Otra vez un tanto a balón parado. El recurso más utilizado por el Barça para sobrevivir.
Parecía que el empate serenaría los ánimos pero sólo sirvió para ahondar en la impotencia. El Barça siguió perdido: estrellándose ante el orden posicional del Villarreal. E ineficaz ante puerta: Alfonso, a portería vacía, cabeceó fuera y Sergi y Luis Enrique se estorbaron para marcar. El Villarreal, vista tanta inoperancia, se fue hacia arriba y Xavi impulsó un par de contraataques. El mundo al revés.
No hacía predecir nada bueno el partido. El Barça arrancó en la segunda parte igual de confuso. Ni llegó a puerta. Ni se acercó. No hubo más de seis remates. El Villarreal fue creciendo hasta que Víctor recibió un balón en el área que, tras un rechace de Petit, le llegó a los pies: tocó y describió una parábola preciosa, delicada, que se coló por la escuadra. Serra Ferrer hizo un cambio cantado: sustituyó a Alfonso por Dani. Y otro extrañísimo: quitó a Puyol, apostó por Gerard y colocó a Xavi de lateral. El desconcierto fue inmenso. Tuvo suerte el Barça porque Marioni y Craioveanu pudieron agrandar el siete. El árbitro tampoco fue ajeno a los nervios: pintó un festival de tarjetas y se convirtió en la cabeza de turco ideal para la grada: pitó penalti por manos de Berruet a disparo de Dani y después corrigió el error a instancias del linier. El Barça revivió su pesadilla amarilla.
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