En defensa de Salvador Távora
Quiero responder a la carta escrita por Enrique Blanque-Bel, de San Pedro de Alcántara, Málaga, que se publicó en éstas páginas el 18 de septiembre. Su carta refleja todo el odio acumulado de un ser intolerante, sin duda racista, con mucha soberbia y una mentalidad de un pasado no lejano. Se puede no amar a una persona y no gustarle lo que hace, pero de ahí a insultarla y humillarla hay un abismo.Salvador Távora es una persona honorable, creativa, humana y que merece muchos más honores que los que le otorgan. Sus obras continuarán triunfando y representando nuestra riqueza artística, nuestro orgullo de ser andaluz.
Además, Blanque-Bel ha tenido la desfachatez de tratar a nuestro pueblo de inmaduro e inculto y de ser el trasero de Europa. Usted no conoce nuestra tierra y es una pena, porque la sabiduría del pueblo andaluz es superior a toda su instrucción y estudios, que ha recibido usted con tan poca lucidez que se cree superior porque conoce a Shakespeare y a Molière.
Por favor, si no le gusta este pueblo ni sus tradiciones, ni su flamenco, toros y demás, váyase o cállese o, al menos, sea respetuoso con este pueblo que le ha acogido, ya que deduzco por sus apellidos que es de otro lugar o de otro país.- Concepción Ramírez. Dos Hermanas (Sevilla).
