BT se dividirá en cuatro para hacer frente a su peor crisis desde la privatización
British Telecommunications (BT) anunció ayer una radical restructuración corporativa (se dividirá en cuatro compañías) y la venta de parte de sus activos para remontar la crisis financiera que padece -la peor desde su privatización en 1984- y recortar su elevado endeudamiento. Según las previsiones de la compañía, la deuda podría pasar de los actuales 18.700 millones de libras (5,14 billones de pesetas) a 30.000 millones de libras (8,25 billones de pesetas) en marzo de 2003. El plan acelera la desmembración del grupo, emprendida el pasado abril con la separación de sus operaciones en telefonía tradicional, móvil e Internet, con un proyecto de creación de NetCo, una nueva compañía con control sobre la red telefónica.
NetCo gestionará de forma independiente el acceso a la red por parte de las divisiones de BT y de sus competidores en el sector. Un nuevo holding, BT Group, se erige en el vértice del conglomerado. "Conservamos escala y nos beneficiamos de la división en entes más pequeños. Ganamos flexibilidad en un mercado dinámico. Estamos ante una restructuración tan dramática como la privatización de BT en 1984", dijo Peter Bonfield, director ejecutivo del grupo, tras confirmar que ha iniciado conversaciones para asegurar el visto bueno del Gobierno y del organismo regulador de las telecomunicaciones en el Reino Unido.
El saneamiento del grupo pasará por la salida a Bolsa del 25% del capital de Yell, su división de páginas amarillas, y por las de BT Wireless (telefonía movil), Ignite (servicios europeos de banda ancha) y NetCo. La venta de acciones se hará con un programa escalonado que arrancará en 2001. Con las distintas colocaciones y la venta de activos fuera de Europa Occidental y Japón, BT proyecta recortar la deuda en 10.000 millones de libras (2,7 billones de pesetas).
Airtel
La compañía española Airtel, en la que BT participa con un 16,5%, podría entrar en los planes de desinversión. "Tenemos la opción de comprar y vender, pero también tenemos flexibilidad y tiempo para optimizar el paso que demos en el futuro", aseguró Bonfield. Los planes para enderezar el rumbo del dinosuario británico no impresionaron a los analistas financieros ni a los inversores. Las acciones del grupo, que han perdido este año un 50% de su valor, cayeron ayer un 7%, hasta marcar un mínimo de 736 peniques.
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