El ejemplo de Vallecas
La agrupación socialista de Vallecas, la cuarta más importante de Madrid en delegados elegidos, se ofrece como ejemplo para el próximo congreso regional. Allí, la lista vencedora en la votación de ayer reunía a acostistas, renovadores clásicos, renovadores por la base, Izquierda Socialista y partidarios de Pedro Sabando. La otra lista, que no se identifica con ninguna familia, se quedó sin delegados. "Somos una agrupación muy madura políticamente: estamos por la integración, no por el enfrentamiento", afirma su secretario general, José García Ogalla. En Vallecas votaron 220 militantes, menos del 30% de los afiliados. "Es que la vida interna del partido es cada vez menos interesante para la gente. Éso es lo que hay que cambiar", sentencia García Ogalla.
"Vengo a votar porque quiero que alguien me represente. Pero que me represente bien, vamos, que me fíe". Anselmo de Pablo deposita su voto en la urna y explica que se afilió al PSOE hace 13 años, procedente del Partido de los Trabajadores de Santiago Carrillo, que a sus 72 años sólo pide "responsabilidad" a sus representantes y que se niega a contar a quién ha votado "porque esto es secreto y así debe ser". No es el único. La mayoría de los militantes vallecanos se resiste a confesar el sentido de su voto. Y también García Ogalla prefiere callar cuando se le pregunta a qué candidato apoyarán los 16 miembros de su lista. "Los delegados deben tener libertad para votar. Sí, la mayoría de esta agrupación es guerrista, pero nosotros, al margen de la preferencia de cada cual, hemos optado por el consenso".
Muy cerca, Vicente Gasca, de 67 años, se ajusta la gorra y murmura: "Yo sólo sé que el socialismo es mirar no sólo por uno mismo sino también por los que te rodean". Todos confían en el consenso final. García Ogalla entorna los ojos y susurra: "No es un deseo. Es un clamor".
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