_
_
_
_
_

Llamazares y Frutos negocian el reparto de la nueva dirección de IU

Carlos E. Cué

El intento de Izquierda Unida para salir de la profunda crisis interna en la que se halla sumida comienza a fructificar. El grupo que dirige Francisco Frutos, secretario general del PCE, parece dispuesto a aceptar la oferta de Gaspar Llamazares, nuevo coordinador general, sobre la futura dirección. Será restringida, porque a ello obliga la precaria situación económica, aunque no tanto como se esperaba: unas 17 personas compondrán la llamada comisión permanente, que gestiona el día a día.

Mayoría sin precedentes

Gaspar Llamazares y Francisco Frutos, que ejercerán de número uno y dos de la coalición, respectivamente, se reunieron ayer brevemente para negociar la nueva dirección de IU. La lista que ofrece Llamazares es, a simple vista, muy beneficiosa para el nuevo coordinador general. No se corresponde en absoluto con la igualdad que hubo entre ambos sectores en la VI Asamblea, en la que el sucesor de Anguita sólo obtuvo un 3% más de votos que su rival. La dirección estará dominada ampliamente por personas de confianza de Llamazares que concurrieron en su lista. De momento, sólo se han reservado tres o cuatro puestos para los partidarios de Frutos, aunque la negociación está abierta y se vislumbra un acuerdo.

No parece, en cualquier caso, que los nombres que van apareciendo para formar la nueva dirección impliquen una gran renovación, al contrario de lo que prometía Llamazares. Muchos de ellos ya estaban en el anterior equipo, dirigido por Julio Anguita. Pero es lógico, teniendo en cuenta que la nómina de dirigentes en IU, tras las crisis y expulsiones de los últimos años, no es muy amplia.

En todo caso, lo que parece garantizado es que se alcanzará un acuerdo definitivo ente ambas partes. Sobre todo porque los dirigentes han asumido que las posibilidades de recuperación de la coalición pasan por lograr recomponer la unidad interna, rota en la disputa por la sucesión de Julio Anguita.

Si finalmente se liman las asperezas y rencillas personales que dividen a los dos sectores, se podría lograr que las decisiones importantes de la coalición se tomasen por una mayoría más amplia de lo habitual en la etapa de Anguita, que se prolongó durante casi 12 años. La candidatura de Llamazares agrupaba a las minorías más importantes, siempre opuestas a la política que marcaba Anguita. Si a ese bloque nada homogéneo, que llevó al poder al nuevo coordinador general, se le suman los apoyos de Frutos, la "nueva mayoría" podría superar el 80%.Una de las claves de la necesidad de que ambas grupos unan sus fuerzas está precisamente en la presión del llamado sector crítico, liderado por Ángeles Maestro. Sus componentes defienden postulados ortodoxos a la izquierda de los otros sectores, y sobre todo están en contra de cualquier acuerdo con el PSOE, una de las claves del futuro de IU.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Si se unen Llamazares y Frutos, podrán imponer sin dificultad una línea política en la que coinciden básicamente, y que se centra sobre todo en el pragmatismo y en el "lavado de cara" de IU tras años de liderazgo de Anguita para tratar de recuperar el crédito social.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_