Viduka amenaza al Barça

Cuando David O'Leary, entrenador del Leeds United, anunció este verano el fichaje del jugador más valioso de la liga escocesa, nadie, en el mítico Elland Road, podía imaginarse cómo un australiano de 24 años iba a convertirse en el ídolo de la exigente afición del Leeds.El escepticismo se desvaneció a cabezazos, el sábado pasado, mientras Viduka se incorporaba en cada centro, saltaba, dominaba el espacio aéreo y le metía cuatro goles al Liverpool. Con sus tantos, el Leeds remontó un marcador adverso de 0-2, que terminó en 4-3. Su actuación fue tremenda y la onda expansiva afecta a terceros. Si este miércoles repite la operación ante el Milan y el Leeds se lleva una victoria de San Siro, Viduka jugará la segunda ronda de la Liga de Campeones y el Barcelona se quedará fuera.

Mark Viduka, nacido el 9 de octubre de 1975, fue un fichaje que no levantó revuelo en la ciudad industrial de Leeds. Entre los aficionados parecía no pesar el hecho que hubiese marcado 27 goles en el Celtic de Glasgow la pasada temporada. Su constitución, de 1,87 metros de altura y 91 kilos de peso, no encajaba con el perfil de jugador que añoraban en el Leeds para lanzarse a la conquista de la Premiership y la Champions League.

El australiano, que se inició en las filas del Melbourne, abandonó Australia para firmar por el Zagreb de Croacia. La nacionalidad croata de sus padres fue un hecho determinante para que el jugador abandonara el país de los canguros. En diciembre de 1998, cuando el Celtic tenía serios problemas de cara al gol, se fijaron en este jugador corpulento para afinar la puntería del equipo.

Tan solo duró año y medio en el fútbol escocés. En la pasada temporada, donde fue el jugador más determinante del campeonato, anunció su deseo de abandonar el Glasgow y la Liga escocesa. Viduka quería mostrar su romance con el gol en una liga más competitiva que la escocesa.

Llegó al Leeds de la mano de O'Leary, el técnico mejor pagado de la Premiership. A pesar de que el Leeds había logrado ser tercero en la pasada temporada, su bagaje ofensivo había sido deprimente: 58 goles en 38 partidos. La marcha de Hasselbaink al Atlético en agosto de 1999 dejó muy mermada la delantera del equipo inglés, que solo encontró en Michael Bridges una respuesta a la sequía goleadora.

Por eso nadie entendió cómo un jugador apenas conocido en el fútbol mundial, y que sólo costo £6 millones de libras (1.700 millones de pesetas aproximadamente), podría mejorar el promedio de goles del Leeds y competir con otros delanteros de la máxima talla, tanto en la Premier League como en Europa.

Sin embargo, en tan sólo dos meses, éste jugador, de carácter tímido y reservado fuera de la cancha, se ha erigido como una de las figuras más relucientes de la liga inglesa. No es Viduka un jugador muy dado a conceder entrevistas, y poco se habla de él durante la semana, pero a la chita callando, ya lleva 9 goles en las primeras doce jornadas de liga. Tan sólo Hasselbaink, ahora en el Chelsea, lo supera entre los goleadores con diez tantos.

Si las cosas continúan tal y como están, a lo mejor Viduka, el hombre de moda en Inglaterra, vestirá el año que viene la zamarra de algún equipo español. En San Siro, el miércoles, se decoidirá buena parte de su futuro.