_
_
_
_
FÚTBOL Octava jornada de Liga

El Athletic advierte señales de peligro en San Mamés

El Zaragoza apeló a la suerte para convertir su buen fútbol en una victoria

En San Mamés se advierten señales de peligro. Todavía no cunde el pánico, por la lejanía del final, y no se desata la alarma por la necesaria templanza que exigen las circunstancias. Pero en San Mamés huele a peligro y se descubren demasiadas ausencias: no hay fútbol, faltan toque y técnica, sobran precipitación y miedo y, en consecuencia, se advierte una inseguridad en el colectivo que tiende, en su mayoría, a desembarazarse del balón y a jugar de forma estática.Por eso el Zaragoza le correspondió con un soberano ejercicio de superioridad en la primera mitad que acabó por encrespar los ánimos de un público que empiza a perder la paciencia. El Zaragoza le robó el balón al Athletic jugando con la puntera: todos reunidos, juntitos en su baldosa, arriesgando lo justo pero exhibiendo una técnica más que notable.

ATHLETIC 1 ZARAGOZA 2

Athletic: Lafuente; Lacruz, Alkorta, Óscar Vales, Larrazabal (Yeste, m. 81); Urrutia, Felipe; J. Etxeberria, Guerrero, Ezquerro (Javi González, m. 45); y Urzaiz.Zaragoza: Juanmi; Cuartero, Paco, Lanna, Pablo; Acuña, José Ignacio; Juanele, Montenegro (Garitano, m. 77), Vellisca (Ferrón, m. 86); y Jamelli (Yordi, m. 77). Goles: 0-1. M. 23. Contragolpe a base de toques cortos del Zaragoza que culmina Jamelli aprovechando los errores de marcaje de la defensa rojiblanca. 1-1-M. 47. Centro-chut desde la izquierda de Javi González que soprende a Juanmi. 1-2. M. 90. Lacruz, en propia puerta, al intentar despejar una falta sacada por Garitano. Árbitro: Undiano Mallenco (colegio navarro). Amonestó a Óscar Vales, Alkorta y Joseba Etxeberria, en el Athletic, y a Jamelli, José Ignacio, Pablo y Acuña, en el Zaragoza. Unos 35.000 espectadores en San Mamés. El público despidió con silbidos al equipo bilbaíno.

Fueron 45 minutos humillantes. Y el Athletic humilló, dando gracias a Dios de que su rival, engrandecido hasta la insolencia, sólo obtuviera un gol de tamaño ejercicio de superioridad. Aunque fuera un gol que suspendió a toda la clase rojiblanca: una pérdida absurda del balón (hubo unas 75 en el partido) , un repliegue desordenado y un marcaje infantil en el área. Conclusión: gol de Jamelli, con un disparo bellísimo, a la media vuelta que sancionó la eficiencia de su equipo.

Quizá la sensación de ir sobrado, perjudicó al Zaragoza, que quiso jugar cuesta abajo y se encontró un nuevo Athletic tras el descanso. Bastó que Rojo asumiera su error de alinear a un lesionado Ezquerro, y sustituirle por Javi González, para que el Athletic diera señales de vida. Tantas, que un centro-chut bombeado engañó a un Juanmi irregular. El portero zaragocista reunió dos acciones definitvas, en sendos mano a mano con Etxeberria y Urzaiz, con otras plenas de inseguridad y nervios. Tantos como los que le atenazaron al debutante Undiano Mallenco que miró para otro lado cuando Paco derribó a Urzaiz y, minutos después, Alkorta hizo lo propio con Yordi.

El árbitro, como el Athletic, no quería saber nada del partido. Si acaso el Zaragoza persistió en el empeño de seguir haciendo buenas migas con el balón, gracias a los buenos oficios de Acuña y Montenegro y la habilidad de Juanele y Vellisca en los costados. Y la fortuna le devolvió el triunfo que merecía en un acto de involuntaria generosidad de Lacruz al intentar despejar una falta sacada por Garitano. El Athletic no tiene fútbol ni suerte. Por eso se avista peligro en San Mamés y un leve airecillo en Zaragoza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_