Carew se gana el corazón de Mestalla
El Valencia derrota al Celta y mantiene su liderazgo con bastante comodidad
Arrastrando los pies por el césped de Mestalla, Carew ha hecho olvidar en un mes al Piojo López. Es el rey de las dos áreas. Se impone en la propia y en la ajena. Tiene un imán el noruego, que atrae el balón y lo distribuye con inteligencia. Tanto con el pie como con la cabeza. Se ha convertido en un gigante invencible para quien los entrenadores rivales suelen ya enfrentar a tres centrales, como hizo ayer Víctor Fernández. Sucede, sin embargo, que como se lesione uno de ellos, caso de Djorovic, Carew se fuma a los otros dos: aparece para resolver. Y afianzar, de paso, el sólido liderazgo del Valencia, que defiende como nadie y ataca con Carew, que ahora mismo es mucho.Pero el espectáculo en este grupo de Cúper está básicamente en su manera de defender. Se pasó Mestalla toda la primera parte aplaudiendo con entusiasmo los cortes, los despejes y los relevos defensivos. Salía humo de la grada. La venda en la cabeza de Deschamps, ese aspecto de jugador aguerrido de otra época, proyecta mejor que cualquier otra imagen la esencia de este equipo. ¿Es eso suficiente? Sí, para la mayoría, que se agarran como lapas al resultado. Otros, en cambio, piden algo más. Por ejemplo: que no sacrifique al banquillo a Zahovic, sin el cual la capacidad de improvisación atacante del Valencia queda bajo mínimos. Se reduce a que Carew saque partido a su fuerza descomunal, atropelle a varios contrarios y bata a Pinto. O que, en su defecto, cabecee a gol algunos de los cientos de centros que se vierten sobre el área, como finalmente acaeció en el segundo tiempo.
VALENCIA 1CELTA 0
Valencia: Cañizares; Ayala, Djukic, Björklund, Carboni; Mendieta (Angulo, m. 82), Baraja, Deschamps, Kily González (Vicente, m. 90); Sánchez (Zahovic, m. 70) y Carew.Celta: Pinto; Velasco, Yago, Cáceres, Djorovic (Coira, m. 60), Manolo; Karpin, Giovanella, Doriva (Mostovoi, m. 65); Catanha y McCarthy. Gol: 1-0. M. 60. Mendieta lanza una falta, Pinto sale a despejar, pero deja el balón en el área para que Kily pase de cabeza a Carew, que marca también de cabeza. Árbitro: Pérez Lasa, del colegio vasco. Amonestó a Cáceres, Velasco, Mendieta, karpin, Catanha, Manolo y Carboni Unos 45.000 espectadores en Mestalla.
La jugada de la primera parte la marcó la incompetencia de uno de los jueces de línea, que, en caso de duda, siempre rompía el ataque local señalando fuera de juego. Sin ningún criterio fiable. Hubo una ocasión especialmente escandalosa: un cabezazo hacia atrás de Benni dejó una autopista libre para Kily, que dudó unos momentos decisivos ante la insistencia del juez de línea en levantar la bandera. Menos mal que el árbitro esta vez lo vio tan claro que no se fió de su ayudante y permitió concluir el ataque. ¿Nadie le explicó a este asistente que si viene el balón de un contrario nunca hay fuera de juego?
El Celta llegó muy precavido a Mestalla. Demasiado. Plantó a tres centrales y de ahí no los movía nadie. Dispuso, eso sí, de un centro tocador (Doriva, Karpin y Giovanella), un triángulo bien relacionado con el cuero que se fundió en el segundo acto, cuando Baraja decidió tomar la iniciativa del juego. Baraja adelantó su posición tras el descanso y el conjunto de Cúper se abalanzó sobre el de Víctor Fernández, que se enrocó completamente. Se lesionó Djorovic y a Fernández se le cayó el castillo de naipes: no le quedaban más marcadores de repuesto, por lo que hubo de recurrir al lateral Coira. Y se acabó el Celta. Al poco tiempo, el Valencia rentabilizó por fin su formidable juego aéreo: dos cabezazos, el primero de Kily y el segundo de Carew abrieron la lata céltica. Fue el momento de Baraja, que se alzó varios cuerpos sobre todos los demás y probó un disparo magistral desde unos 40 metros. Fue su manera de adornar un triunfo merecido, aunque no lo hubiese necesitado. Un gol de ventaja es mucho para este Valencia, que no precisa más para ser el jefe de la tabla.
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