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El Auditori veta el término 'degenerado' en su festival sobre la música perseguida por Hitler

Todas las ciudades de Europa y Estados Unidos que en los últimos ocho años han dedicado atención a la obra de los compositores perseguidos por Hitler han respetado la expresión Entartete Musik (música degenerada), acuñada por los nazis para etiquetar la música que consideraban que contaminaba la pureza germánica. En Barcelona, la apuesta por la recuperación de las obras que el Tercer Reich quiso eliminar llega con retraso y un inexplicable cambio de nombre. La palabra degenerada no gusta a los responsables del Auditori y la han cambiado por prohibida al bautizar comercialmente el festival musical que la Simfònica de Barcelona ofrece desde hoy y hasta el 12 de noviembre.

En la presentación del festival, a la que no acudió ningún responsable del Auditori, Lawrence Foster, director titular de la Orquestra Simfònica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC), y Michael Haas, asesor del festival, no supieron explicar las razones por las que se ha prescindido de la expresión música degenerada, utilizada por musicólogos, historiadores y programadores para referirse a la música de los compositores represaliados por el nazismo. "No sé quién decidió eliminar un término que fue cuidadosamente escogido por los nazis para que el pueblo alemán identificara no sólo las obras de autores judíos, sino la de cualquier compositor influenciado por el jazz y otras músicas consideradas impuras por razones étnicas, estéticas y políticas", afirmó Foster.La responsable del departamento de imagen y comunicación del Auditori explicó que, ante las connotaciones de la palabra degenerada, se buscó un título más suave para bautizar publicitariamente el festival.

Coincidiendo con el festival de la OBC, integrado por dos programas en la Sala Simfònica del Auditori y dos veladas de cámara en la Sala Polivalent a cargo de los solistas de la orquesta, el Liceo presenta el viernes, bajo el título Música degenerada, una sesión en el foyer consagrada a los autores perseguidos por los nazis, protagonistas también del concierto sinfónico que la Orquesta del Liceo ofrecerá los días 13 y 15 de noviembre. "Es una casualidad que el Liceo programe en las mismas fechas conciertos que recuperan la música perseguida por los nazis. No hemos tenido ningún contacto. Es una feliz coincidencia", asegura Foster,

La oferta concertística se completa con una exposición, creada en 1988 por Albrecht Dümling y Peter Girth, con material documental que reconstruye parte de la famosa exposición sobre Música degenerada que el régimen nazi organizó en Düsseldorf en 1938. La exposición, que permanecerá en el foyer del Auditori hasta el 26 de noviembre, sólo podrá ser visitada por el público que acuda a cualquiera de los conciertos programados en la sala, y únicamente se permitirá el acceso una hora antes del comienzo de los conciertos.

Un programa camerístico que reúne partituras de Franz Schreker y sus alumnos -Ernest Krenek, Wilhelm Grosz, Bertold Goldsmith y Karl Rathaus- abre hoy el festival en la Sala Polivalent. El sábado, Foster y la OBC ofrecerán el primero de los dos conciertos sinfónicos previstos, con un programa que, bajo el título Viena y Berlín, reúne obras de Schreker, Kurt Weill, Alban Berg y Paul Hindemith.

El segundo programa de la OBC rescata partituras de los compositores que lograron huir del acoso nazi y emigraron a Estados Unidos, donde encontraron su fuente de ingresos en la industria del cine, como Erich Korngold, Franz Waxman, Ernest Gold, Bronislau Kaper y Ernst Toch. Por su parte, los solistas de la orquesta dedican su segundo programa camerístico a los autores checos represaliados por el nazismo.

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"Muy pocas orquestas del mundo han realizado un esfuerzo tan importante para dar a conocer esta música", señala Foster, nacido en Estados Unidos de padres judíos rumanos emigrados.

Susanna Saez

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