La gala de los Octubre hermana a ciudades borgianas y rinde homenaje a Matilde Salvador

Con su humildad y simpatía caracteristica, Matilde Salvador fue una de las principales protagonistas de la gala de clausura de la intensa semana de los Premis Octubre. La compositora castellonense fue homenajeada al recibir una de las distinciones de la revista El Temps. La otra fue a parar a la universidad tarraconense Rovira i Virgili por su defensa de la lengua catalana. La gala hermanó también a distintas ciudades relacionadas con los Borja. El editor Eliseu Climent criticó duramente a los que reniegen de Fuster y eligen una vía "tan posibilista que es claudicante".

Muchos de los miembros del linaje valenciano conservaron su lengua materna en el trato familiar y en la correspondencia entre ellos a pesar de su absoluta radicación en Italia (conocidos como Borgia). La gala de los Octubre convocó a numerosos representantes de todo el ámbito lingüístico catalán y también de aquellas ciudades como Borja, Ferrara, Gandia o Viana relacionadas con la saga que dio dos Papas, un santo y múltiples cardenales.El alcalde de la población aragonesa originaria de los Borja, Luis María Garriga, recordó el pasado esplendoroso de la Corona de Aragón; el alcalde de Ferrara, Gaetano Sateriele, evocó el pasó de una joven Lucrecia Borja por la ciudad italiana; la concejal de Cultura de Gandia, Liduvina Gil, celebró la puesta en marcha del Diplomatari Borja, y su homóloga de la navarraViana, Esperanza Cariñanos, señaló que allí murió César Borja.

La velada de los Octubre invocó a los Borja desde su inicio. Desde que apareció acompañado por el editor y promotor de los Octubre, Eliseu Climent, uno de los principales estudiosos de la materia y coordinador del Diplomatari, el padre Miquel Batllori. Incluso la broma que hizo el ganador del premio de ensayo, Albert Toldrà, podía vincularse al famoso linaje. El historiador aseguró al personal que no iba a soltar un sermón de Sant Vicent Ferrer, objeto de su estudio. El mismo predicador que, según cuenta la leyenda, le dijo a un joven clérigo a principio del siglo XV: "Tú serás Papa, y tú me harás santo". El clérigo era Alfons de Borja, después Calixto III, quien promovió la canonización del popular santo valenciano.

Políticos del PP no se vio a nadie en la velada. Sí había una nutrida comitiva socialista: el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, y los ex consejeros valencianos, Ciprià Ciscar y Vicent Soler, o los ex ministros Carmen Alborch y Ernest Lluch. De EU, apenas representación (Glòria Marcos), porque casi todos estaban en la asamblea de Madrid, aunque el ganador del premio de poesía y concejal de esta coalición en Mislata, Pere Bessó, recordó a sus compañeros al recoger el premio. Cierta sensación de perplejidad se apoderó del público, al que ya se había integrado el colectivo más jóven, cuando se anunció que el premio de narrativa quedaba desierto.

Y a pesar de las no precisamente buenas relaciones entre el líder del BNV, Pere Mayor, y el editor Eliseu Climent, también asistieron a la velada algunos representantes del Bloc, como Pepa Chesa o Vicent Flor. Además acudieron el consejero catalán Andreu Masllell y Fani Tur, del Consell Insular d'Eivissa, entre otros.

Muy numerosa también fue la comitiva académica representada por los rectores de la Universidad de Valencia, Pedro Ruiz, de la Universidad Autónoma de Barcelona, Carles Solà, o la Rovira Virgili de Tarragona, Lluís Arola. Éste realizó un brillante parlamento en defensa del catalán y de la actuación de la entidad a raíz de la denuncia de un "reducido" grupo de profesores que lo que buscan en realidad es el "monolingüismo".

Ferran Torrent, Alfons Cervera, Martí Domínguez, Joan F. Mira, Enrique Cerdán Tato, Carles Santos, Enric Satué, Rosa Serrano, Manuel Castellet, Alfred Giner Sorolla, Carmelina Sánchez- Cutillas, Mikimoto, Núria Feliu... el mundo de la cultura no se perdió la cita en la que aplaudió mucho a Matilde Salvador.

Como es habitual, el último parlamento corrió a cargo de Eliseu Climent, quien recordó ediciones pasadas y difíciles de los Ocubre, como la de 1975, que también se celebró en la Alameda Palace. Muchos de los asistentes condujeron después "el país en la vida intelectual e incluso en el orden político e institucional; muchos de aquellos vuelven a estar entre nosostros". Climent hizo hincapié en la importancia esencial de la obra de Joan Fuster y criticó a aquellos que "propugnan 'adaptarse a la realidad' y emprenden una vía tan posibilista que a veces llega a ser claudicante". Aquellos que eligen el "camino políticamente correcto" y llegan acusar a Fuster de fracasos políticos y de la "reacción salvaje de los herederos del franquismo", añadió en un parlamento dirigido especialmente al BNV, según interpretaron algunos asistentes. Climent acabó su discurso señalando que, a pesar de todo, "la fuerza de la cultura y el empuje de las libertades" están "construyendo día a día el País Valenciano y los Países Catalanes".