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Entrevista:

"Sigo teniendo la mala leche de siempre"

SANTIAGO CARRILLO - Ex SecretarioGENERAL del PCE

Pregunta. Está usted hecho un chaval.Respuesta. Es usted muy simpática y amable, y un poco exagerada.

P. La úlcera sangrante de este verano no le habrá afectado a su proverbial lengua viperina.

R. No. Sigo teniendo, como se dice en la calle, la misma mala leche de siempre, de toda la vida..., con los que la emplean contra mí.

P. Comprobémoslo. ¿Qué piensa cuando ve a los de Izquierda Unida peleándose como pollos por el liderazgo?

R. Me da pena, porque eso es ya el pasado.

P. Habrá quien diga que usted lo solucionaba de manera más expeditiva.

R. Puede ser. Lo que sí puedo decir es que, cuando yo era secretario del partido comunista, éste era más serio de lo que es hoy.

P. ¿Sigue opinando que Anguita es un marciano?

Perfil

A sus 85 años, es el paradigma del genio y figura: sigue sin tener dios ni rey -"la monarquia ha sido una etapa necesaria, pero yo soy republicano"-, y continúa escribiendo sobre lo que ha vivido. Ve todas las películas que puede, no toca el cigarro desde el verano, le gusta charlar con sus nietos y ha descubierto que el agua es amarilla.

R. Lo que está claro es que Anguita no es un marxista.

P. ¿Y de qué planeta son Frutos o Llamazares?

R. Yo creo que no son de otro planeta. Son de la nada, gente que se sobrevive a sí misma y que no es consciente de que lo que era el antiguo movimiento comunista ha sufrido una crisis brutal, y hace falta otra cosa.

P. Hace cuatro años dijo que tendría que ver muchas cosas para considerar a Aznar un hombre de Estado. ¿Las ha visto ya?

R. Me cuesta todavía considerar a Aznar un hombre de Estado viendo sus declaraciones en Irán o su posición en el tema del terrorismo, donde está más preocupado por utilizarlo electoralmente que por ponerle fin.

P. ¿Sigue creyendo que "la izquierda está hecha una braga"?

R. Sí. Está hecha unas bragas; por desgracia, cada vez peor. Declaraciones como las de Zapatero hablando del socialismo libertario me parecen una broma. Y no hablemos ya de Izquierda Unida, de lo que es hoy el partido comunista, que es mucho menos serio todavía.

P. ¿Cuál es la parte más apasionante de su biografía?

R. La de mi juventud, haciendo la unidad de comunistas y socialistas en este país.

P. De la transición, ¿a quién recuerda especialmente?

R. Sobre todo, a Suárez. Creo que es el que tuvo una actitud y una acción más eficaz.

P. ¿Qué le haría volver a la peluca?

R. [Ríe]. Creo que ya nada, porque la peluca me cubrió cuando no era tan conocido;ahora no me serviría de mucho.

P. La que le devolvió Mayor Oreja no era la suya.

R. No.

P. ¿Piensa que la auténtica se la quedó él por si se le cae el pelo?

R. [Ríe]. Yo creo que a lo mejor, por los errores de Aznar, se le puede caer el pelo a Oreja. Pero no creo que le venga bien mi peluca. Necesitará otra.

P. Ahora que tiene más tiempo libre, ¿cuáles son sus bonsáis?

R. ¿Mis bonsáis? Leer y escribir.

P. ¿Qué escribe?

R. A fin de año se va a publicar un libro de análisis sobre el comunismo en el siglo XX. Después de mi enfermedad de este verano, no quiero hacer ningún plan hasta que no tenga claro que lo voy a terminar, porque hacer un plan de trabajo concreto significa volver a fumar.

P. Cuando Joaquín Sabina le mandó al hospital un cartón de tabaco, ¿demostraba que él era un casta o quería rematarle?

R. Creo que era un amigo y un hombre de buen humor, que quiso poner una nota de alegría en aquello que estaba pasando.

P. ¿Qué le enseñan sus nietos?

R. ¡Oh! Muchas cosas. Tengo una nieta de un año, que se llama Nora, que el otro día me enseñó que el fondo de esta corbata es agua. Lo ha deducido de la existencia de los delfines.

P. Aunque el agua sea amarilla.

R. Aunque el agua sea amarilla. Cogió mi corbata, se rió mucho y dijo: "¡Agua!".

P. ¿Y usted cuenta batallitas a sus nietos?

R. No, no, no, no. Les respeto bastante. Yo no le cuento mis batallitas a nadie. A algún periodista cuando me lo pregunta, pero con poca alegría.

P. ¿Tiene nostalgias?

R. Hombre..., sí. Tengo la nostalgia de no poder volver a vivir mi juventud. Por lo demás, la verdad es creo que mi vida es una vida muy cumplida, muy llena, y que podría escribir todavía varios tomos de memorias.

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