Un tribunal con dos magistradas
El tribunal formado por los magistrados Pilar Oliván, presidenta, Alejandro María Benito y María Carmen Fresneda -con fama entre sus colegas de aplicar la ley de forma estricta y razonada- condenó a Tany, en mayo de 1999, por homicidio con la agravante de parentesco. En cambio desestimó la agravante de alevosía pedida por la acusación particular, que sostenía que Tany mató a Vicente sin darle opción a defenderse porque se hallaba bajo los efectos del alcohol y de tóxicos. Los jueces admiten que Vicente tenía 0,93 gramos de alcohol por litro de sangre y que había tomado benzodiacepinas, pero sostienen que "estaba plenamente consciente" al recibir el tiro.Tany fue condenada también a pagar 30 millones, a partes iguales, a los seis hijos que compartía con la víctima (el menor, de siete años, y la mayor, de 16). La parricida es insolvente y no tendrá que pagar.
La sentencia fue recurrida por el defensor de la condenada, lo que hizo que ésta quedara en libertad provisional a la espera de la decisión última del Tribunal Supremo. Y éste, el pasado 7 de junio, dictó un auto inadmitiendo el recurso, por lo que la condena adquirió firmeza.
La noticia fue un mazazo para Tany, que por entonces vivía en Rivas con cuatro de sus hijos en un piso alquilado, además de trabajar como limpiadora en varios colegios.
La firmeza de la sentencia conducía inexorablemente a Tany a la cárcel. Así que la asociación de mujeres Clara Campoamor y el Ayuntamiento de Rivas decidieron movilizarse desde el pasado julio en pro del indulto.
Pero la Audiencia, atendiendo a la gravedad de la pena, decidió, con aquiescencia del fiscal y de la familia del fallecido, que Tany cumpla la pena sin esperar a que concluya el expediente de indulto. El martes pasado ingresó en Alcalá-Meco en loor de multitudes y entre un coro de voces que demandan su perdón al Consejo de Ministros.
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