El Benfica vota por recuperar la gloria

El efecto Figo se repitió en Lisboa. Con el compromiso electoral de contratar al portugués del Atlético de Madrid, Hugo Leal, y al goleador del Oporto, el brasileño Jardel, ahora en el Galatasaray, el aspirante a la presidencia del Benfica, Manuel Vilarinho, obtuvo ayer una amplia victoria en los comicios encarnados. Abogado, empresario y socio del club desde el día en que nació, hace 52 años, el nuevo presidente recurrió a la fórmula que impulsó a Florentino Pérez a la presidencia del Madrid: si Pérez llegó a un acuerdo condicionado con Figo, Vilarinho lo hizo con Jardel, goleador admirado en Portugal desde su etapa en el Oporto. De este modo, Vilarinho prometió devolver la gloria al histórico Benfica, sumido en una grave crisis durante la última década.Con el 62% de los votos en las elecciones con menor abstención de la historia, Vilarinho obtuvo la presidencia de un club que alcanzó sus mayores éxitos en los sesenta, gracias a la Pantera negra, el idolatrado Eusebio da Silva Ferreira. Precisamente con el apoyo de Eusebio y las promesas de contratar a Hugo Leal y Jardel, Vilarinho destronó a Joao Vale e Azevedo, un polémico dirigente que no obtuvo ningún título en sus tres años de mandato.Nada más conocerse su holgada victoria, alrededor de las tres de la madrugada de ayer, el nuevo presidente felicitó a todos los socios por alcanzar "una jornada trascendente en la historia del Benfica" y les prometió "recuperar las glorias y credibilidad que durante años lo elevaron al indiscutible estatuto del mayor club de fútbol portugués". "Los comicios de hoy", dijo, "revelan el empeño y la capacidad de lucha, dedicación y pujanza del club para el que trabajaremos sin descanso con el objetivo de recuperar sus históricas páginas de honor y prestigio".

El Benfica logró sus mayores éxitos en la década de los sesenta. Obtuvo nueve títulos nacionales y fue dos veces campeón y tres finalista de Copa de Europa. En esa década, la selección nacional, liderada por Eusebio, obtuvo además la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo. Las décadas de los setenta y ochenta fueron también pródigas en éxitos nacionales, pero la debacle llegó en los noventa. Los Águilas rojas sólo obtuvieron dos títulos de Liga y otros dos de Copa, siendo aplastados por el Oporto, que consiguió cinco títulos consecutivos hasta el año pasado en que el Spórting de Lisboa alcanzó la victoria liguera tras 17 largos años en el olvido.

En las elecciones supuestamente más reñidas de la historia y frente a todos los pronósticos, Vilarinho gozó del apoyo de la cadena de televisión TVI, y logró superar todos las encuestas que le eran unánimemente desfavorables. Los socios decidieron romper con un pasado de fracasos y polémicas y optar por la ilusión de las futuras victorias, marcadas por el previsible regreso de Hugo Leal y el precontrato de Jardel. El actual jugador del Galatasaray turco reconoció ayer que tiene "un compromiso con el nuevo presidente" y explicó que podría incorporarse a la filas del Benfica "en diciembre, una vez que ambos clubes alcancen un acuerdo económico". Siguiendo el efecto Figo-Florentino Pérez, el nuevo presidente del Benfica asumió el compromiso de entregar 100 millones de escudos al club (unos 80 millones de pesetas) si no conseguía el fichaje.

Por su parte, el presidente destronado, apoyado por el canal líder de audiencias (la SIC), prometió enterrar "el hacha de guerra" y devolver rápidamente al club la mayoría de las acciones que posee de su sociedad anónima. "Aceptamos con respeto y humildad los resultados", dijo, "y desde este momento nos ponemos a disposición del club a pesar de haber sufrido tres años de ataques, persecuciones e injurias". El presidente cesante invitó a la nueva dirección al palco del estadio de la Luz para asistir hoy domingo a encuentro con el Campomaiorense "de modo que la familia benfiquista se encuentre unida y pueda dar la bienvenida al presidente electo".