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Pupilos del cambio

En un receso de las primeras jornadas sobre Dirección de Centros Educativos que se han celebrado en Aguadulce (Almería) el director de un instituto de la capital, el IES Alhadra, expone una metáfora que, a su juicio, resume el motivo de la reunión con sus colegas. "Es como si en una obra de albañilería no hay ladrillos ni cemento y los obreros se quejan de ello. Y entonces, debido al estrés por tanta queja, deciden impartirles un cursillo antiestrés. Pero cuando lo acaben seguirán sin materiales y volverán a estresarse", ironiza.Los compañeros que le escuchan, algunos organizadores de las jornadas, asienten con la cabeza y coinciden en que las conclusiones que de allí salgan tendrán que llegar a las esferas más altas de la Administración "para que sirvan de algo". No es fácil reunir a 140 directores de centros, ya sean colegios o institutos. Los equipos de asesores de los centros de profesorado de la provincia lo han logrado para ofrecer una orientación en temas pedagógicos y organizativos adaptada a la realidad educativa actual y a las innovaciones que introduce la LOGSE.

Durante 15 horas las máximas autoridades académicas de distintos centros han compartido experiencias y diagnósticos sobre la cotidianidad de su función directiva. Las quejas y fallos en el sistema coinciden siempre en los mismos parámetros y se repiten entre diferentes profesores. "No se trata de que la Administración me imponga un modelo sino que es la Administración la que debe aprender de nuestra experiencia", argumenta un director de un colegio de la comarca del Almanzora.

"El problema es el exceso de burocracia. Se debería atender más a la función pedagógica que a la administrativa, pero no hay personal", recalca otro compañero de su zona. "Y a eso hay que añadirle que la formación del profesorado supone un esfuerzo añadido y es muy difícil contar con la voluntad del maestro. Se tendría que hacer dentro del horario lectivo", añade otro director.

Las críticas sobre el "exceso de responsabilidades" y las "pocas competencias" son ya clásicas entre los docentes participantes. Quizá por ello, las conferencias impartidas por Miguel Ángel Santos Guerra, catedrático del departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga, y Joaquín Gairín Sallán, director del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona, sobre dirección de centros en innovación educativa y atención a la diversidad, respectivamente, resultan tan esperanzadoras como utópicas.

El profesor Gairín defiende un enfoque más optimista y conciliador respecto a la calidad de la enseñanza actual y futura. "Cuando buscamos causas siempre nos vamos a los débiles. Las culpas hay que repartirlas. Los profesores debían también replantearse su forma de actuar: qué cambios metodológicos y de planteamiento pueden aportar al sistema. No caigamos en el psicodrama sociológico. No hay un maná que les vaya a resolver sus problemas", razona.

Para muchos, la LOGSE no ha supuesto "tanto" cambio, sobre todo para quienes siempre "han mantenido una actitud activa dentro del aula, de continuo reciclaje", defiende la directora del colegio Ángel de Haro, en Vera. Si el equipo directivo concibe, impulsa y desarrolla las innovaciones, el profesor Santos se pregunta cómo las viven los profesores, los padres y los alumnos. "¿Como una orden, una invitación, una sugerencia, una petición? Es fácil que si las iniciativas tienen carácter jerárquico, provoquen resistencias o inhibiciones", asegura el catedrático.

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