"Barberá está muda en los grandes proyectos"

Elegida en primarias como portavoz municipal, Ana Noguera, 36 años, cree que los últimos congresos de su partido van a servir para acelerar la transición interna y recuperar la mayoría social.Pregunta. En los últimos procesos congresuales destacados militantes la animaron a que aspirase a liderar orgánicamente el partido pero usted rechazó todas las ofertas en ese sentido. ¿Por qué?

Respuesta. He valorado todas las ofertas en ese sentido muy seriamente y las agradezco, pero han pesado más tres cuestiones: mi responsabilidad como portavoz municipal elegida en primarias con el fin de llevar a los socialistas a la alcaldía; que no me gusta la acumulación de cargos; y, tres, que prefiero trabajar en un equipo donde una generación completa, y no una sola persona, asuma las riendas del partido.

P. Pero usted ha tenido un notable protagonismo en el debate sobre la renovación del partido, tanto en el ámbito federal como en el nacional.

R. Entiendo que mi misión en la Ejecutiva federal fue abrir las puertas, siendo una voz crítica, para lograr que la federación valenciana pudiese opinar con libertad y dejando paso a que otros me acompañasen en esa aventura. Mantengo los mismos postulados y creo que debe serguir extendiéndose el proceso de primarias, porque quien tiene el derecho y la obligación de elegir es el militante. Además, no tengo una ambición desmedida que me lleve a querer estar en todas partes.

P. Con el todavía secretario comarcal de Valencia, José Luis Ábalos, usted mantiene una buena relación. ¿Cómo valora que no lograse la secretaría general?

R. El resultado del congreso es incuestionable. En política, sin embargo, además de compañeros hay amigos y yo tengo una relación de amistad personal con José Luis Ábalos y con Andrés Perelló [que también fue candidato]. La entrada de José Luis Ábalos en la ejecutiva de País Valenciano como vicesecretario general es muy positiva y abre una dinámica distinta que posibilita la convivencia de las distintas familias dentro del PSPV. Por primera vez no hay vencedores ni vencidos, sino colaboradores. Mantenemos la relación fluida que ha hecho que la bicefalia sea un éxito en Valencia.

P. Sin embargo, el resultado del congreso nacional supuso la exclusión de Izquierda Socialista (IS).

R. No lo entiendo, porque el modelo de convivencia debería haberse aplicado sobre todas las familias, sobre todo cuando tantas veces se ha repetido que hay que terminar con las familias para tener simplemente la denominación de socialistas. Las familias del PSPV, incluida IS, todavía tienen que valorar cuál es su futuro dentro de la organización. Creo que es necesario hacer una superación de las familias, algo que han dicho todos, pero que no todos han ejercitado y que yo reivindico. Habrá que superar familias que tienen una validez de 20 años y que en estos momentos ya no sirven para seguir adelante con el nuevo modelo de partido.

P. ¿Cuál es su relación con el nuevo secretario general, Joan Ignasi Pla?

R. Es buena. Tiene toda mi confianza. Además, es tanto el hartazgo de las luchas internas que no se entendería que nadie cuestionase el resultado democrático del congreso. El secretario general debe sentirse respaldado por toda la militancia y yo me pongo la primera.

P. ¿Qué piensa que va a suceder en el congreso del PSPV de Valencia?

R. Debe elegirse un secretario de consenso, capaz de integrar la pluralidad y dar fortaleza al partido. Pido además que el secretario y la nueva ejecutiva se conviertan en el principal apoyo del grupo municipal.

P. Desde su grupo, usted impulsa una política de oposición centrada en los temas estratégicos de la ciudad frente a una gestión de gobierno del PP basada en la cotidianidad. ¿Por qué?

R. Estamos haciendo una oposición basada en dos líneas de trabajo: los grandes proyectos y la cohesión en los barrios. Esa impresión, seguramente, se da porque en los grandes proyectos la alcaldesa Rita Barberá está muda y la única persona que plantea su posición sobre temas importantísimos para la ciudad es esta portavoz municipal. Valencia está perdiendo peso en España. Cuando no se reivindica el AVE, la Feria de Muestras, el aeropuerto y otros temas pendientes, incluidos algunos que ya aburren al ciudadano, como el Parque Central y el de Cabecera, estamos perdiendo posiciones. Hablar de grandes temas es mi obligación, quien no cumple es la alcaldesa.

P. ¿Y en los barrios?

R. Ahí también ejercitamos la oposición porque Rita Barberá lo que hace es repartir migajas, algunas vergonzantes, porque no se trata sólo de poner farolas recicladas en barrios periféricos o abrir las calles mil veces para poner el cableado de las empresas. En los barrios están pendientes los temas importantes: sanidad, educación, deporte, pequeño comercio, rehabilitación del patrimonio, etc. El proyecto de Barberá está agotado y ella misma se aburre de hablar cada año del Parque Central. Además, la realidad es que tanto Barberá como el PP tienen ganas de que ocupe otro puesto en las próximas elecciones, lo que añade al agotamiento el hastío de la transición.

P. ¿A qué achaca la debilidad de la sociedad civil en la ciudad?

R. Creo que hay una gran iniciativa privada en cualquier actividad social de la ciudad, pero el PP ha acallado voces hasta lograr que nadie piense que en el Ayuntamiento se puede hacer otra cosa que pagar multas o hacer trámites burocráticos. Sin embargo, Barberá se beneficia de las rentas de las iniciativas de la gestión privada y del resto de administraciones.