Juicio al 'asesino de Lesseps' por la muerte de una anciana en la calle Valldoncella de Barcelona
José Ignacio Orduña Mayo, de 47 años, conocido como el asesino de Lesseps, que acumula condenas de más de un siglo de prisión por homicidios, robos y violaciones de ancianas, admitió ayer su debilidad sexual por las mujeres de edad avanzada en un nuevo juicio por el asesinato de una mujer de 80 años. Un tribunal popular juzga desde ayer en Barcelona a Orduña Mayo, para quien el fiscal pide 25 años de prisión por robar y asesinar a golpes a una anciana que vivía sola en la calle de Valldonzella.Orduña ya fue condenado a finales del pasado mes de julio a seis años de prisión por la agresión sexual de una mujer de 79 años, y en 1982 se le impuso otra condena de más de un siglo de cárcel por el homicidio de tres ancianas, la violación de otras ocho y otros 12 delitos cometidos contra mujeres de entre 65 y 84 años.
Los hechos que se juzgan ahora ocurrieron el 10 de septiembre de 1997, seis meses después de que Orduña saliera de prisión en libertad provisional. Ese día, según las acusaciones, el delincuente siguió a Carmen B. G., de 80 años, hasta su domicilio, en la calle de Valldonzella, la abordó y, al oponer resistencia la víctima, la golpeó con unas baldosas. Además Orduña está acusado robar a la mujer dos cartillas bancarias. El móvil principal del procesado, según la acusación, era el sexual, aunque en este caso la resistencia de la víctima le llevó a acabar con su vida.
El juzgado que instruyó la causa la archivó inicialmente al no encontrarse al autor del crimen, pero la reabrió en septiembre de 1998, a raíz de que dos vecinas de la anciana lo identificasen como el presunto autor del crimen al ver su imagen en la televisión. El asesino de Lesseps declaró ayer que no recuerda con exactitud lo que hizo el día de los hechos. No obstante, sí precisó que, pese a trabajar en Ciutat Vella, no pasó por la calle del crimen ni frente al edificio de la víctima. La fiscal ha centrado su línea de acusación en la gerontofilia del acusado, quien ha reconocido en el juicio haber tenido relaciones con mujeres de 55 a 60 años y ha admitido sus preferencias sexuales por las personas mayores. Por su parte, el abogado defensor, David del Castillo, sostuvo que la identificación de las dos vecinas no fue rotunda y que, pese a los antecedentes de su cliente, éste lleva ahora una vida ordenada y "no se le puede juzgar por lo que ya ha cumplido".
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