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FÚTBOL Quinta jornada de Liga

La ansiedad bloquea al Zaragoza, que continúa sin ganar

Había curiosidad por comprobar el estado de ánimo de la afición tras la vergonzosa eliminación europea, la frustrante derrota en Oviedo y la destitución de Lillo.La respuesta inicial fue de división de opiniones pero el público tenía ganas de cerrar filas con el equipo y con el nuevo entrenador. Luis Costa hizo debutar al internacional peruano Rebosio, acompañando a Paco y Aguado, para fortalecer la defensa. Y alineó por primera vez como titular al argentino Montenegro para ganar rasmia ofensiva. Una inyección de juventud en el equipo del que se cayeron dos fijos de Lillo, José Ignacio y Jamelli.Pero el Valladolid de Pancho Ferraro resultó una prueba demasiado dura para unos jugadores convalecientes, que todavía no han borrado de su memoria la doctrina de Lillo. El Zaragoza fue un equipo con muchas dudas, con precipitación, sin recursos ofensivos y con un preocupante bajón físico en el segundo tiempo. El Valladolid, que se mantiene invicto en la Liga, se defendió sin grandes problemas y pudo ganar el partido si Kaviedes hubiese estado acertado en dos jugadas en las que se quedó solo delante de Juanmi. Eusebio dio a sus 36 años una lección sobre cómo dirigir un equipo, algo que no supieron hacer en el Zaragoza ni Acuña, ni Garitano que está muy bajo de forma.

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Real Zaragoza: Juanmi, Pablo, Aguado, Paco, Rebosio, Vellisca (Ferrón, minuto 73), Acuña, Garitano (Aragón, minuto 53), Juanele, Montenegro, Yordi (Peternac, minuto 73).Real Valladolid: Ricardo, Torres Gómez, García Calvo, Peña, Heinze, Marcos, Sales (Chema, minuto 92), Turiel, Eusebio, Ciric (Caminero, minuto 79) y Kaviedes (Alberto, minuto 53). Árbitro: Andradas Arsumendi, navarro, mostró tarjetas amarillas a Martín Vellisca, Sales, Turiel y Ciric. Unos 23.000 espectadores, que terminaron abroncando al equipo.

Falló la línea de creación del Zaragoza y fueron inofensivos los delanteros. Yordi y Juanele, que reclamó en el primer tiempo un penalti de Heinze, no pudieron con la sólida defensa del Valladolid. Y sólo Montenegro dejó un buen sabor de boca en los aficionados. El argentino tiene movilidad, encara a los defensas, regatea y tira a gol con facilidad. Es un jugador de los que gustan en La Romareda.

Al final, los aficionados, que habían acudido con la intención de reconciliarse con los jugadores tras el despropósito de Cracovia, abroncaron al equipo, salieron con más dudas de las que tenían cuando entraron en el estadio y con la sensación de que esta va a ser una temporada difícil, de sufrimiento, para el Zaragoza. El saldo es de sólo tres empates en cinco partidos teóricamente asequibles (Español, Rayo Vallecano, Alavés, Oviedo y Valladolid).

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