Una goleada para saludar un cambio de patrón
Por primera vez en mucho tiempo, el Barcelona presentó una alineación con un sólo jugador holandés y que, además, no se ha formado en el Ajax, pues Cocu procede del PSV Eindhoven. Más que una situación circunstancial, provocada por las bajas (Overmars, Kluivert, Zenden), el nuevo orden azulgrana pareció responder a una decisión meditada del entrenador, que dejó en el banquillo a futbolistas del calado de Frank de Boer. El libre holandés simboliza todavía hoy lo que pudo ser y no fue el Barça: un futbolista desganado, apático, como si estuviera de vuelta de todo. Y el equipo necesitaba justamente lo contrario, así que Serra Ferrer cambió a los holandeses (Frank de Boer y Reiziger) por los olímpicos (Puyol, Xavi), jugadores de club, con más chispa y que responden mejor al perfil técnico que se le supone al entrenador. El debate señala que en juego está no sólo una cuestión de nombres sino de ideas. Bajo sospecha no está Frank de Boer sino el concepto de juego ajacied o del Ajax, un modelo en el que se inspiró el Barça de los noventa. El fútbol de toque, de conservación de la pelota, de posesión, ha perdido protagonismo en favor del juego directo, efectivo, en el que se impone trabajar los espacios e intercambiar las demarcaciones, en lugar del juego de posición. Apostó Serra Ferrer por un equipo más físico, de futbolistas dinámicos y verticales, con mejor fuelle y el Barcelona fue un equipo consistente y, al mismo tiempo, profundo ofensivamente por la lectura aseada que Xavi hizo del partido. Pese a jugar con un doble pivote, evocando el año de Robson, la figura de un medio centro es vital para el buen hacer del colectivo.En ausencia de Guardiola, Xavi es imprescindible.El Barcelona recibió con gran alivio la entrada de Xavi, la recuperación de Luis Enrique y los goles de Rivaldo y Alfonso. Los cambios le permitieron ganarse un marcador de impacto que acabó con una dinámica fatalista (tres salidas, tres derrotas, con un gol a favor y ocho en contra) en vigilias del partido de Milan. Si hasta ahora al Barça todo le iba mal, anoche el partido le fue siempre de cara, hasta completar un marcador que evoca el logrado en 1991 en San Mamés ante el Athletic del mismo Clemente (0-6) o el 0-8 del curso 1959-60 contra el Las Palmas. Con independencia del resultado y de lo sucedido ayer, el Barça evidenció en cualquier caso que está cambiando de patrón.
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