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SUCESOS

Difícil rescate de un hombre que pasó 16 horas en un pozo

"No puedo más"

Fidel Gómez, de 46 años, salió a pasear el pasado lunes por la zona de huerta cercana al casco urbano de Sagunto. Eran las 16.00. De pronto, vio un dragón y pensó que a los más pequeños de su familia les encantaría. Persiguió al insecto hasta que éste se posó en el borde de la boca de un pozo, de poco más de 75 centímetros por 75 centímetros. Fidel se sentó en actitud paciente en el borde de la boca del pozo, con las piernas hacia adentro. Un movimiento en falso y cayó al interior. Se frenó a tres metros y medio de profundidad, cuando el agua ya le cubría la mitad del torso. No sabía que bajo sus pies había más de veinte metros de profundidad.Con las rodillas y los talones, en forma de cuña, hizo fuerza contra las paredes de cemento. Pasó la tarde, y la noche. Llegó la madrugada. Una de las últimas veces que gritó auxilio pudo oírla un regante. Eran ya las 8.00 de la mañana de ayer. Habían pasado 16 horas. El regante llamó a la Policía Local y ésta abandonó un control rutinario para acudir al rescate. Javier Jordán, de 32 años, se asomó por la boca del pozo y empezó a tranquilizar a Fidel mientras sus compañeros llamaban a los bomberos. Pero Fidel no podía más, le faltaban las fuerzas, tenía frío. El agente Jordán decidió introducirse boca abajo en el pozo, con sus compañeros sujetándole por los tobillos, agarrar a Fidel por las axilas y aguantarle así hasta que llegaran los bomberos. Pasaron 15 minutos. Fidel le decía: "No se preocupe, aunque se rompa la camisa no importa. Sáqueme de aquí".

Llegaron los bomberos, introdujeron una cuerda que Jordán pasó por debajo de los brazos a Fidel. Al tirar de ella, se rompió. Introdujeron otra, se la ataron a Fidel al cinturón del patalón. El cuero estaba tan mojado que cedió. Decidieron colgar una escalera metálica. Fidel no era capaz de encaramarse por ella. Cuando los bomberos estaban decidiendo qué otra cosa hacer, Fidel le dijo al Policía Local: "No puedo más, me voy a caer". Fue entonces cuando Javier Jordán volvió a meterse en el pozo, sujetado ahora por sus compañeros y los bomberos, y sacó a pulso a Fidel, un hombre de más de 90 kilos.Primero lograron que alcanzara con las manos el borde del pozo. Después, empujaron hacia arriba su cuerpo hasta que por fin pudieron sacarle. Cuando Fidel ya estaba fuera, a salvo, se desplomó.

Una ambulancia del SAMU le trasladó al Hospital de Sagunto donde se recupera de la hipotermia y el shock. Javier Jordán y su compañero Ricardo también se vinieron abajo, pero por otras razones. "No puedo olvidar su cara mientras le sostenía. No podía dejar que se cayera. Me atormentaba pensar que estábamos tan cerca de salvarle y que le podíamos perder en cualquier instante. Ya no sabía qué decirle, cómo darle confianza después de que se hubieran roto las cuerdas. No quedaba otro remedio que tirar de él con todas las fuerzas".

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