"Los éxitos conllevan riesgos"
Experiencia propia
"No odio a los hombres, simplemento veo cómo es la realidad". Estas palabras las dijo la líder feminista norteamericana Patricia Ireland aprovechando su primera visita a Barcelona. La persona que preside desde 1991 la National Organization for Women (NOW), considerado el movimiento que goza de más implantación social en EE UU después de los dos grandes partidos, dio pocos consejos pero animó a las mujeres para que accedan a los núcleos de poder donde se toman las decisiones y se promulgan leyes antidiscriminatorias.El aspecto y los modales suaves de Ireland rompen muchos moldes respecto a lo que se espera de una activista del feminismo que como ella ha superado muchos obstáculos. Cuando afirma que "hay que dar un empujón al péndulo de la desigualdad" o cuando se refiere a la violencia de que son objeto muchas mujeres en su hogar a manos de quien se supone que debe amarlas, no se le altera ni un músculo y mantiene el mismo tono de voz.
Detrás de su mirada azulada e inofensiva se adivina una determinación de acero cuando afirma que lo importante es que cada mujer pueda elegir su destino y hacer realidad sus sueños. Ella lo hizo al abandonar su profesión de azafata, cuando era una adolescente recién casada, para convertirse en una acreditada abogada que dirige la principal organización defensora de los derechos de la mujer en EE UU.
La autora del libro Lo que quieren las mujeres insistió en la conveniencia de acceder al poder para promulgar leyes que mejoren las condiciones de vida de esa parte de la población que, según dijo, dista mucho de gozar de igualdad. A juicio de Ireland, no hay duda de que cuando las mujeres gobiernan marcan otras prioridades, relacionadas con la salud, la enseñanza y las leyes antidiscriminatorias. Tener títulos universitarios y buena cualificación es importante, declaró, pero tambien lo es tener una familia, educar a los hijos; una experiencia diferente que resulta de gran ayuda al tomar decisiones.
Ireland admite las diferencias entre el movimiento feminista europeo -con organizaciones de escaso peso político- y el norteamericano, porque en definitiva tambien la realidad social es muy distinta. Reconoce que aprende mucho en sus viajes por el mundo de las diferencias culturales. En Pekín se enteró de que cuando una mujer es golpeada por su marido, dan al caso toda la publicidad posible e incluso sus amigas hablan con su patrón para que le sancione en el trabajo por agredir a su esposa. Resulta menos útil la tradición europea y norteamericana, que oculta el problema porque se cree que la ropa sucia se lava en casa.
El discurso de Ireland se basa en su propia experiencia. Constata lo mucho que falta por hacer para combatir la desigualdad, pero acto seguido aporta algún dato que dibuja un panorama alentador. Para ilustrar lo mucho que se ha avanzado empezó su conferencia sobre El acceso de las mujeres al poder contando que en 1920 su abuela materna quedó embarazada y que cuando eso sucedía en EE UU en aquella época era sinónimo de "confinamiento", porque estaba mal visto que en ese estado se saliera a la calle.Sin embargo, su abuela creía que el ejercicio físico le sentaba bien y no se privaba de salir todas las tardes a pasear aunque se escandalizaran sus vecinos. Cuenta que la rebelde joven aprendió a conducir, lo que motivó que la policía del condado llamara al orden al abuelo de Ireland para que sacara a su esposa de la carretera. Al preguntar el marido si la causa era que conducía mal, el policía le respondió: "No, conduce bien, pero los hombres no están acostumbrados a que la mujer conduzca y hay accidentes por mirarla". La activista norteamericana dice que es este tipo de actos individuales el que "marca la diferencia de como nos vemos y como nos ven". Agradeció a las mujeres que ocupan un cargo público para el que han sido elegidas "por asumir el riesgo", pese a que los éxitos "van acompañados de riesgos".Al ser preguntada si cree que la vieja reivindicación feminista sobre el derecho al aborto deberá ser sustituida por el derecho a tener hijos, respondió que ambas cuestiones tienen un mismo denominador: la capacidad de elegir, para lo que se necesitan buenos trabajos, bien remunerados y mejores guarderías.
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