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ACESA propone reformar el sistema de peajes para evitar agravios territoriales

El modelo de peajes de España no se sostiene. El futuro pasa por su reforma. Una reforma que debe hacerse desde la negociación y partiendo de cero, afirma Salvador Alemany, director general de ACESA, primera concesionaria española. Dentro de un tiempo, cree, algunas autopistas que hoy son de pago pueden ser gratuitas y, a la inversa, quizá algunos tramos gratuitos deban ser de pago. El objetivo, sugiere Alemany, es elaborar un modelo estable para España, primero, y para el conjunto de la Unión Europea, más tarde, que evite discriminaciones y agravios.

La movilidad europea en 2010 habrá duplicado la de 1995, con tasas de crecimiento anual acumulativo del 4,73%, un aumento de vehículos cercano al 35%, un incremento del tráfico internacional de viajeros de entre el 100% y el 140% y de entre el 135% y el 245% para las mercancías. Las infraestructuras para estos movimientos tendrán que hacerse teniendo en cuenta el capital privado y, subsiguientemente, los peajes no desaparecerán, pero es necesario que sean armónicos y que no castiguen a una región y beneficien a otra. Esto pasa ahora en España (con una importante acumulación de peajes en Cataluña en particular y en la zona mediterránea, en general), pero no es menor la discriminación de España, Francia e Italia respecto a Alemania y Reino Unido, donde no hay peajes. Alemany propone, de momento, revisar lo que ocurre en España; luego, ya se verá si hay que seguir con las reformas. El modelo español, sostiene, es desequilibrado y socialmente inestable.Una reformas que no parecen ir, opina, en el sentido de que todo pase a ser gratuito (es decir, pagado con cargo a los presupuestos) sino que los pagos sean racionales y distribuidos entre todos por igual, con un criterio, afirma, "flexible y dinámico". La primera propuesta en este sentido la hizo Alemany en un seminario para profesionales de las autopistas celebrado hace unas semanas en Santander, dentro de la Universidad Menéndez Pelayo.

Esta propuesta, que sigue pensando que es válida, sugiere la reestructuración del sistema español de peajes sin tener en cuenta la situación actual y buscando evitar agravios territoriales. Pone un ejemplo: Terrassa, Granollers, Mataró. Tres ciudades similares en la región de Barcelona. La primera tiene autopista gratuita; la segunda una de pago, la tercera una con peaje blando. Una situación "desequilibrada" y a revisar, sin tener en cuenta los motivos que han llevado a esta situación. si hay peajes que tienen que desaparecer, se puede negociar su supresión; quizá otros tengan que ser creados, como elemento regulador del tráfico. Se puede llegar, sugiere, a pensar en construir una autopista en una zona poco desarrollada con criterios de reequilibrio territorial y no imponerle peaje hasta que la nueva infraestructura surta efecto y se haya producido el desarrollo económico esperado.

Un peaje dinámico puede variar con los días y las horas, quizá no sea necesario cobrar a alguien que circula a las tres de la mañana, pero sí que el peaje cumpla una función reguladora en horas punta. Todo es negociable, defiende Alemany.

En su opinión, hay tres tipos de tramos: los orbitales (cinturones), los accesos urbanos y los de largo recorrido. La opinión de Alemany es clara: hay pocos argumentos para que los de largo recorrido sean gratuitos. En cualquier caso, la solución pasa por un acuerdo parlamentario y el establecimiento de plazos que permitan una adaptación sin traumas.

Susanna Saez

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