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LAS CLAVES DE LA SEMANA

El IVAM y su vecindario

El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) ha emprendido por fin su ampliación, algo que estaba incluido en su concepción original, pero que no se acometió entonces por falta de recursos económicos o por la pertinaz pobreza de espíritu que nos caracteriza. Pero estaba ahí, como una asignatura pendiente para el museo y también como una espada de Dámocles para el vecindario condenado al desahucio. Durante todos estos años, más de 50 familias han vivido sabiendo que un día u otro habrían de ser desalojadas y con la agravante de que no podían disponer de sus propiedades, acerca de las cuales ninguna autoridad responsable les suministraba la menor información. Que ahora se quejen por tan dilatado desdén no ha de asombrarnos. Lo raro es que estos vecinos del barrio del Carmen no se hayan rebelado contra esta humillación. Que el IVAM se expanda y en buena hora, como corresponde a su actividad y proyección internacional. Lo celebraremos todos los valencianos, incluso los necios que lo impugnaron en sus días inaugurales. Más dudoso me parece que la fiesta sea compartida por su vecindario, acreedor a más de una satisfacción moral.

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