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SYDNEY 2000

Cruz en el maratón acuático

España se juega el bronce con Yugoslavia tras perder con Rusia en una prórroga asfixiante

Robert Álvarez

La semifinal España-Rusia fue un maratón acuático. Los jugadores de Joan Jané se entregaron con tanto entusiasmo e intensidad que les fue imposible digerir la derrota por 7-8 con un gol de oro en el minuto 43.55. Su adiós a la final fue dramático. Acabaron exhaustos, hechos trizas física y psicológicamente. España no podrá, pues, defender el título que conquistó hace cuatro años en Atlanta. Pero, errores al margen, se dejó en el empeño hasta la última gota de sus reservas y su admirable ambición. Esta madrugada (6.00, hora española) le tocaba disputar el bronce a Yugoslavia, que perdió también por 7-8 ante Hungría.El desgaste del waterpolista es descomunal. Pero es que ayer hubo que batallar en la piscina durante el equivalente a un partido de fútbol de 125 minutos. Los 28 minutos habituales concluyeron con 7-7 y el marcador no se movió en la prórroga de seis minutos. Así que se agregó un periodo excepcional hasta que alguien marcase. Esa fortuna le cupo a Gorchkov a los 9.55 minutos.

ESPAÑA 7-RUSIA 8

España: Rollán; Pedrerol, Estiarte, Gabriel Hernández (1), Iván Moro (4), Chava Gómez y Pedro García -equipo inicial-; Gustavo Marcos (1), Ballart, Jordi Sans (1), Sánchez Toril y Dani Moro.Rusia: Maximov; Kozlov, Erychov (1), Tchomakhidze, Gorchkov (2), Garbouzov (1) y Zinnourov (1) -equipo inicial-; Iatsev (1), Balachov, Stratan (2) y Zakirov. Árbitros: Renato (Italia) y Kratochvil (Eslovaquia). Expulsaron a los entrenadores españoles, Jané y Aparicio, y a los jugadores Iván Moro y Jordi Sans, así como a los rusos Iatsev, Douguine y Kozlov. Parciales: 3-3, 1-2, 1-1 y 2-1. En la prórroga de seis minutos, 0-0. El partido se decidió por un gol de oro en el minuto 9.55 del tiempo adicional, es decir en el 43.55.

La espada de Damocles del gol de oro hizo vivir pasajes dramáticos, paradas de enorme mérito por parte de ambos porteros y una presión defensiva con marcajes tan estrictos y con un contacto físico tan constante que saltaron chispas dentro y fuera del agua. Dos españoles acabaron siendo excluidos de forma definitiva, Iván Moro y Jordi Sans. Por añadidura, los dos técnicos, Joan Jané y Antonio Aparicio, también fueron expulsados.

Rusia se defendió lejos de su portería y presionó de manera que Estiarte entrase lo menos posible en acción. El capitán español apenas pudo dar señales de vida. Cuando eso sucede, su conjunto paga las consecuencias. Moro se convirtió en la pieza sobre la que giró el ataque. Gracias a sus lanzamientos desde el exterior, España consiguió mantenerse a tiro de piedra de Rusia, siempre por delante.

Después de un primer tiempo con muchos goles (3-3) y de que los rusos se escaparan (3-5), los españoles ajustaron su sistema defensivo y movieron con más paciencia el balón. Fruto de ello fueron los goles de Gabriel Hernández, cuando se agotaba el tiempo de posesión, y Gustavo Marcos, tras una acción muy trenzada (5-5). Stratan, al filo del final del tercero, volvió a poner a Rusia en ventaja, pero España reaccionó en el cuarto y, tras igualar (7-7), estuvo muy cerca de decidir a diez segundos de la conclusión, pero el lanzamiento de reverso de Jordi Sans fue atajado con un codo por Maximov.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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