Un atleta blanco gana 20 años después
El griego Kenteris consigue el oro olímpico en los 200 metros, una distancia dominada históricamente por velocistas de raza negra
El hombre que terminó tercero en la Copa de Europa de atletismo, ganó la final olímpica de 200 metros. Son los extraños designios del deporte, de lo contrario no se podría entender la victoria del griego Konstantinos Kenteris, atleta desconocido, perteneciente a una misteriosa generación de velocistas encabezada por Ekaterina Thanou, segunda en la final de 100 metros. El triunfo de Kenteris hay que situarlo en una perspectiva histórica. Por primera vez desde los Juegos Olímpicos de 1896, un atleta griego consigue una medalla de oro en una carrera olímpica. Lo hizo además en una distancia reservada desde hace mucho tiempo a atletas de raza negra. El italiano Pietro Mennea -Mos-cú 1980- fue el último blanco que ganó en los 200 metros. Han pasado 20 años, y se antojaba imposible un regreso a aquella época. Pero Konstantinos Kenteris sorprendió a Boldon, Capel y al resto de favoritos de la prueba.Capel, que había dominado con facilidad las eliminatorias previas, perdió la carrera antes de comenzar. En un error impropio de alguien que se jugaba un título olímpico, se movió en los tacos de salida, sin provocar el nulo. Cuando sonó el disparo, estaba intentando acomodarse otra vez. Cedió más de dos décimas en la salida y se quedó fuera de la pelea.
Kenteris se aprovechó de la inconsistencia de Boldon. O de su consistencia en la derrota. Boldon ha corrido varias veces por debajo de 9,90s en 100 metros y de 19,90s en 200. Sin Michael Johnson y Maurice Greene en la carrera, un pronóstico normal obligaba a darle como favorito. Pero nadie cree a estas alturas en Boldon. Y él tampoco. Qué se puede esperar de un atleta incapaz de dominar una final integrada por Coby Miller, Christian Malcom, Konstantinos Kenteris, John Capel, Darren Campbell y Obadele Thompson. Sólo los más fanáticos del atletismo podrían dar referencias de todos ellos. Para un espectador cualquiera se trataba de una final de medio pelo. Pues bien: Boldon volvió a fracasar en la carrera más sencilla de su vida.
La victoria del velocista griego (20,08 segundos) culminó su impresionante progresión. Llegó a los Juegos Olímpicos con una marca de 20,25 segundos, establecida en Creta. Tanto en los cuartos de final como la semifinal, mejoró ese registro. En la final ganó hasta con comodidad. Y luego llegaron las preguntas. Kenteris es un antiguo cuatrocentista que ha bajado de distancia con 27 años, edad complicada para ofrecer un progreso de esta magnitud. Se entrena con el grupo de Ekaterina Thanou, con la que comparte la misma alergia a competir en las reuniones de verano en Europa. Los velocistas griegos, que han florecido como setas en los últimos tres años, sólo aparecen en las grandes competiciones. Durante el resto del año permanecen escondidos en sus centros de entrenamiento.
Las claves del reciente éxito de los velocistas griegos hay que encontrarlas en uno de los antiguos responsables del atletismo en la antigua República Democrática Alemana. Jan Erbeitz estuvo a punto de dirigir a los atletas australianos tras la caída del muro, pero su designación provocó un fortísimo movimiento de protesta. Ante la imposibilidad de entrenar en Australia, se refugió en Chipre y después en Grecia, siempre en la sombra. Sus directrices han sido la causa de la aparición de al menos seis velocistas de primera categoría en Europa. El último se llama Konstantinos Kenteris. Hace apenas un día era un desconocido. Ahora es el campeón olímpico de 200 metros.
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