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Crítica:XI BIENAL DE FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

"¡Es que esto es flamenco!"

La gente afina ya mucho aquí en la Bienal. Es cierto que el éxito de Antonio el Pipa y los suyos fue apoteósico, pero no faltaron quienes pusieron reparos a determinados aspectos técnicos, o a la falta de novedad de algunos temas.A mí el espectáculo me gustó, y lo digo sin reserva alguna, aun reconociendo la verdad de lo que queda dicho. Pero Antonio el Pipa tiene una especial habilidad para, machacando sobre los mismos mimbres, redondear siempre espectáculos sugestivos. Es un convencido de que el flamenco tiene algo intocable que deben respetar quienes gustan de innovaciones porque sí, y esa filosofía le está dando un gran resultado. "¡Es que esto es flamenco!", oímos comentar a más de un espectador a la salida.

Puntales

Baile: Antonio el Pipa, María del Mar Moreno, Milagros Mengíbar y Taller Flamenco CAD. Cante: Juana la del Pipa, Luis Moneo, Manuel Tañé, Felipa del Moreno y Carmen la Cantarota. Toque: José Luis Montón, Antonio Jero y Juan Moneo.Sevilla, Teatro de la Maestranza, 24 de septiembre.

Los puntales que explican el título del espectáculo son el baile, el cante, el toque y las palmas. De todo hay en él con generosidad y con bondad. Hay que destacar una música bellísima, obra de José Luis Montón sin abandonar un milímetro el lenguaje de lo jondo; por ahí es por donde los jóvenes guitarristas deberán seguir inventando, que sin salirse del flamenco tendrán un campo infinito. Hay que destacar, también, el gran cante de Moneo y Tañé; y, sobre todo, sobre todo, el de Tía Juana la del Pipa, cuya voz agoniosa llega a suponernos un peso en la conciencia del que inmediatamente nos libera el gozo de haber oído su cante radicalmente jondo y emocionante.

Destaquemos asimismo, porque vale la pena, el buen trabajo que realiza ese cuerpo de baile de jóvenes pertenecientes al Taller Flamenco CAD, disciplinados y con una entrega ilusionada e ilusionante. No tienen todo el camino andado, verdaderamente, porque el camino de aprendizaje del baile flamenco es duro y requiere experiencia, pero estos chicos y chicas tienen hecho ya un tramo importante.

Milagros Mengíbar bailó las alegrías en homenaje a Matilde Coral, pero al participar los jóvenes del CAD con ella quizás no brilló como en otras ocasiones. Sí brilló María del Mar Moreno: en un baile por soleá que le cantó Tía Juana y en el que se movió con elegancia, jugando de maravilla los brazos. En el romance, con Antonio el Pipa, que les habíamos visto con anterioridad, los dos derrocharon gracia, picardía y buen hacer, siendo uno de los temas verdaderamente logrados.

Antonio, por último, estuvo en casi todo, hizo la farruca y la bulería por soleá en solitario, y tuvo oportunidades múltiples para meterse a la audiencia en el bolsillo. Fue un gran triunfo en su carrera.

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