ÉVORA Y CANO BAILAN AL SON DE COMPAY
La música cubana arrasa desde Cabo Verde hasta Andalucía; y Cesaria Évora y Carlos Cano tienen muy claro lo que vale un son. La reina de los pies descalzos y el cantante granadino han vuelto a viajar a la isla para alimentar nuevos proyectos, diferentes ambos, pero unidos por un denominador común de nombre Compay Segundo. Los tres artistas coincidieron este fin de semana en los estudios Abdala de La Habana, donde la caboverdiana graba dos temas cubanos, nada menos que Lágrimas negras, de Miguel Matamoros, y Linda mimosa, de Pedrito Ibáñez. Compay, cuyo verdadero nombre es Francisco Repilado, fue compañero de Matamoros allá por los cuarenta y ahora hace la segunda voz a Cesaria en un Lágrimas negras de antología, en el que otro gigante cubano, Chucho Valdés, toca el piano. El tiempo que duró la grabación fue una verdadera fiesta, y eso que Compay, 90 a la sombra y puro en mano, acababa de llegar horas antes de Estados Unidos, donde realizó 14 presentaciones. Évora grabó en Cuba en 1998 Café Atlántico, su último disco, y coincidió el sábado en los estudios Abdala con Carlos Cano, quien trabaja en el CD Así cantan los niños de Cuba, una iniciativa de la ONG española Proyecto Mundo que trata de poner en contacto a niños de la Península y de Cuba. En el disco, con producción artística y musical del cantante granadino, Compay y Cano interpretan Guantanamera acompañados por un coro de niños. Cano actuó el domingo en el hotel Nacional de Cuba, con motivo del 70º aniversario del establecimiento, y entre copla y copla le salió un son.-MAURICIO VICENT,
