Sólo dos de cincuenta abogados logran pasar la criba del cuarto turno

Sentido común

Aunque la queja de sufrir un agravio comparativo con el resto de colectivos de juristas que se presentan al cuarto turno es común entre todos los abogados españoles, el Consejo Vasco de la Abogacía es el único que ha realizado un seguimiento exhaustivo de los letrados que decidieron participar en la última convocatoria. A los dos únicos candidatos que han logrado superar el concurso de méritos de los cincuenta que se presentaron les queda ahora la dura prueba de la entrevista con el tribunal antes de obtener el visto bueno y convertirse en magistrados.El coordinador del Consejo Vasco de la Abogacía, Fernando Campo, considera que existe una "interpretación restrictiva" de la ley en cuanto a las posibilidades de acceso al cuarto turno de los abogados, que ha quedado plasmada de una forma muy clara con estos resultados. El problema se circunscribe a que, a la hora de presentar méritos, los abogados deben optar entre acreditar su intervención en un número determinado de asuntos o los años de colegiación. Algo que en anteriores convocatorias era complementario ahora ha pasado a ser alternativo. Sin embargo, el resto de colectivos de juristas (profesores universitarios, secretarios judiciales, fiscales o abogados al servicio de la Administración pública) pueden acreditar sus años de servicio y además estar incritos en un colegio de abogados. Para ser abogado sólo es preciso ser licenciado en Derecho y estar registrado en un colegio. No es preciso haber pisado un tribunal de justicia. De esta forma, los abogados ven reducidos a la mitad sus méritos frente al resto.

Según Campo, "existe una cierta animadversión hacia los abogados". "El reglamento discrimina los méritos de los letrados. Es como si algunos magistrados no pudieran soportar que alguien pueda acceder a la carrera sin necesidad de tener que pasar por una oposición memorística, que lo único que garantiza es que una persona sabe repetir un tema, no que tenga sentido común para impartir justicia", dice.Un estudio del Consejo General del Poder Judicial al que ha tenido acceso este periódico refleja que de las plazas que salen en el cuarto turno ni siquiera se cubre la mitad. El informe detalla las cifras desde 1986. En aquella ocasión se convocaron catorce plazas y sólo se cubrieron seis. En 1987 se ocuparon las 17 que salieron a concurso. En 1988 sólo 7 de 39; en 1989, 43 de 61; en 1990, 27 de 77; en 1991, 27 de 39; en 1993, 19 de 59; en 1996, 11 de 62 y en 1998, se cubrieron 11 de las 15 plazas convocadas.

Fernando Campo subraya que la filosofía que anima al cuarto turno es "perfecta" porque el instrumento está pensado para recuperar para la carrera judicial a juristas prestigiosos que han demostrado su conocimiento durante años, pero el problema radica en las decisiones que adoptan los tribunales al marcar las bases de la convocatoria.