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Entrevista:FERNANDO MORAN

"Las luchas de la Federación Socialista no me interesan nada"

La Federación Socialista Madrileña aborda un proceso precongresual que preludia reacomodos políticos de alcance aún desconocido y en los que los cometidos políticos de Fernando Morán, portavoz municipal del PSOE en Madrid, pueden resultar modificados. Lleva más de un año al frente de la oposición en la capital y durante este tiempo ha delegado parte de sus competencias en dos concejalas, Matilde Fernández y Cristina Narbona, que han cogido el ariete diario para golpear políticamente al Gobierno del PP. Morán (Avilés, 1926) habla en esta entrevista sobre el grupo municipal que preside y sobre el congreso regional que su partido celebrará en noviembre.Pregunta. ¿Tiene algún significado político su ausencia del salón de plenos en el que se trató el jueves el asunto de la funeraria?

Respuesta. No tiene significado político alguno. Tenía otra importante cosa que hacer.

P. El gobierno municipal del PP ha salido indemne de los últimos escándalos que se le atribuyen. ¿Por qué?

R. La rentabilidad política de lo que la oposición municipal hace depende de ustedes, los medios de comunicación, que muchas veces no lo reflejan.

P. ¿Ha habido responsabilidades políticas, morales y judiciales en el caso de la funeraria?

R. En cuanto a ese asunto, no cabe hacer más de lo que se ha hecho. Hay un procedimiento judicial en curso. Pero los medios de comunicación no se quedan satisfechos si no hacemos una política de marroncillos.

P. ¿Marroncillos?

R. Queremos evitar las descalificaciones personales, el ataque y el navajeo. Medios que a diario reclaman de la clase política dignidad y corrección, se muestran insatisfechos y nos piden justo lo contrario cuando realmente nos mostramos dignos y correctos. En este caso, estamos exigiendo responsabilidades políticas por las eventuales incorrecciones en el asunto de la funeraria. Tengo la impresión de que no nos equivocamos y que nuestros votantes lo aprecian y lo apoyan de forma calurosa.

P. ¿Cabe definir propiamente como calurosos los comentarios críticos sobre su persona y otros dirigentes socialistas que hizo Ignacio Díaz, secretario de organización de la Federación Socialista Madrileña, en las páginas de este diario?

R. Díaz ha experimentado la salida de un gran estreñimiento de locución que se manifiesta en un gran desahogo posterior. Como decía Andy Warhol, Díaz ha tenido ahora, gracias a ustedes, el honor de ser mundialmente famoso durante diez minutos.

P. ¿En qué sentido?

R. En el Decamerón, de Bocaccio, hay un cuento en el cual un jardinero mudo goza de los favores de unas monjas que creen que, por su mudez, no puede contar nada de lo que contempla. Teniendo en cuenta que Díaz nunca ha intervenido en un pleno, ni en debate alguno, ésa es una buena táctica siempre que no se produzca un espasmo verbal incontrolado.

P. ¿Así interpreta las críticas de Díaz?

R. Me parece muy bien que se critique a los partidos.

P. ¿Ha crecido o ha disminuido la fragmentación en tendencias del PSOE en Madrid?

R. No da esa impresión. Más bien parece decir que la nueva situación es de gran cohesión en el partido.

P. Un lector normal ve que a las tendencias guerristas, renovadores por la base, renovadores a secas, gentes de Izquierda Socialista y otras vinculadas a usted, se unen ahora los que votaron a Bono en el último congreso...

R. El lector normal no existe. Los medios de comunicación creen que el lector normal es un ser inferior y sin entendimiento. Y la verdad es que entiende, y bastante.

P. ¿Podría definir ideológicamente al grupo de los que votaron a Bono?

R. Es difícil hacerlo; además, no hubo definición ideológica. Tal vez por la búsqueda del consenso. El discurso de Rodríguez Zapatero fue eficaz. Ha sido un congreso muy bueno. Yo diría que espectacular.

P. ¿Por su indefinición ideológica?

R. Rodríguez Zapatero ha hecho una excelente labor parlamentaria pero no ha propendido a realizar declaraciones ideológicas. No le conozco ningún discurso en este sentido. Hay que dar una oportunidad a esta dirección. Es un hecho el que tras la celebración del congreso hay más esperanzas que antes.

P. ¿A qué esperanzas se refiere?

R. Es pronto aún para saber qué pasará realmente. Queda el debate sobre el presupuesto, que es muy importante, y asuntos como el del descontrol político del Banco Central Europeo, causa de grandes males en Europa.

P. Suele entusiasmarse con los asuntos internacionales. ¿Guarda el mismo entusiasmo para los municipales?

R. Mi entusiasmo no tiene limitación. Tenga en cuenta que mi formación es la de diplomático. La política local es una de las asignaturas olvidadas y pendientes de nuestra democracia. Madrid, capital de un Estado federalizante como España, es la varilla del abanico y debe tener un papel singular en una futura Ley de Capitalidad. El Partido Popular cree que éste es un asunto de financiación. No entiende su alcance político.

P. ¿Cuál es el esquema de actuación del grupo municipal socialista?

R. Creo que es un acierto que trabaje en equipo, con un primus inter pares, un portavoz y dos portavoces adjuntos. Estamos en estado de gracia.

P. Hay ciudadanos que creen hallarse lejos de la gracia ante la falta de soluciones para los problemas de la ciudad de Madrid...

R. Sí, creo que la gestión municipal del Partido Popular es mala en Madrid. Esta ciudad ha crecido mucho. Por eso debemos acentuar nuestra función crítica y de alternativa. Por nuestra parte, se ha hecho una oposición quizá muy puntual. Hay que ofrecer una alternativa de ciudad y creo que Matilde Fernández y Cristina Narbona pueden hacerlo muy bien. No vivimos en el mejor de los mundos, pero no asistimos ni a tensiones ni a luchas intestinas.

P. La Federación Socialista Madrileña encara ahora su congreso, ¿le preocupa?

R. He sido un militante de la Federación Socialista Madrileña desde muchos años atrás y siempre que me ha necesitado me tuvo a su disposición. Pero, en verdad, las luchas intestinas de la FSM no me interesan nada. Si me interesaran, me llevaría muchos disgustos.

P. ¿Qué consejo daría al futuro secretario general?

R. Que abandone la política de la mesa camilla.

P. ¿En qué consiste?

R. En sentarse tres alrededor de una mesa y decirse: "Te presto tres hombres y dos mujeres para apoyarte y tú me das a mi tales otros apoyos...", etcétera.

P. ¿Cuál es su candidato para el próximo congreso regional que se celebrará en noviembre?

R. No tengo ninguno en especial. Pedro Sabando sería una persona idónea, es un estupendo gestor. Hay gentes de Izquierda Socialista, como Manuel de la Rocha, que darían un juego excelente, al igual que guerristas y renovadores no desgastados... Aunque el desgaste político no se puede medir. Hay personas que, con 40 años, son auténticos carcamales, y otras de avanzada edad, como lo fueron Harold Mac Millan, Pierre Mèndes-France o Edgar Faure, que se encontraban frescos como rosas.

P. ¿Qué tipo de frescura política se atribuye usted?

R. Soy una persona pasablemente fresca. Sigo haciendo muchas cosas: escribo, leo, doy conferencias, me muevo.

P. Desde su experiencia política, ¿qué ofrecería a los votantes que no quedaron satisfechos tras las elecciones?

R. Les diría que participasen en política y que en los próximos comicios cambien las cosas votando a una candidatura de izquierda.

P. Para las siguientes elecciones, como candidato conjunto de la izquierda, se barajan nombres con ascendiente social como Federico Mayor Zaragoza...

R. No es un hombre de izquierda; es de centro, con cierto toque tecnocrático. Lo conozco bien; incluso leo su poesía, de cuya publicación, algunos, no yo, dicen que ha sido una venganza de sus enemigos. Y me pregunto, ¿no era yo un candidato conjunto de la izquierda?

P. ¿Qué candidato prefiere?

R. Mire, buenos candidatos serían José Luis Sampedro o Victoria Camps, por ejemplo. Para encarnar una visión progresista hay que ser de izquierdas.

P. A su juicio, ¿qué es hoy en Madrid ser de izquierdas?

R. Aquí y en todas partes, ser de izquierdas pasa primero por revalorizar el papel de la política y la esfera de la vida pública, reivindicar el Estado, creer en la pluralidad étnica; en cuanto a Europa, implica exigir que las grandes decisiones económicas no sean adoptadas por personas sin responsabilidad ante parlamento alguno.

P. ¿Considera de izquierda al nuevo secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero?

R. Sí. Esa atribución que algunos le hacen de neoliberal me parece falsa. Creo que es un socialdemócrata.

P. ¿Subir los impuestos es de izquierda, de derecha o de centro?

R. Es un asunto mal formulado. Depende de las funciones sociales que esa recaudación cumpla. Keynes no ha muerto. Ni Marx tampoco. Han sido sepultados, pero están vivos.

P. ¿Qué queda vivo de Marx?

R. Su idea del juego social, su teoría del imperialismo y, sobre todo, aquello de que "no se trata de describir el mundo, sino de cambiarlo".

P. ¿En qué cree que es mejor el PSOE que el Partido Popular en Madrid?

R. Los socialistas tenemos más sensibilidad por los asuntos sociales y culturales y nuestra gestión persigue disminuir las desigualdades y procurar a la sociedad una mayor equidad.

P. A veces se dice que el verdadero rival de los socialistas en Madrid no es José María Álvarez del Manzano, sino Alberto Ruiz-Gallardón, el presidente regional, al que se le atribuye más capacidad de gestión que a la izquierda.

R. El alcalde es un hombre de derecha tradicional, que no lo oculta. Yo le respeto. Alberto Ruiz-Gallardón es de derechas, pero con una capa modernizante. Quisiera que toda la derecha fuera como él, pero no le votaría nunca. En cuanto a la gestión, Indalecio Prieto, Felipe González y Pedro Solbes fueron excelentes gestores. Conviene no olvidarlo.

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