"Vengo de una ciudad pequeña y en Madrid se me van los ojos"
Francisco Zarzoso (Sagunto, 1966) escribe piezas teatrales, historias cotidianas que luego toman cuerpo y voz en el escenario. En el de la Cuarta Pared, por ejemplo, tiene ahora asentado su Mirador, un tratado sobre la intimidad, sobre ver y ser visto. Pero no le interesa la intimidad de papel cuché, de exhibicionistas en rosa. Paco Zarzoso pretende un retorno a la mirada curiosa, ensoñadora, como única forma de conseguir un respiro en esta sociedad de prisas y agobios. "Viendo Mirador he tenido la sensación de asistir como un mirón al territorio secreto de unos personajes, a esa intimidad más allá de lo cotidiano y de las palabras", ha comentado el director de escena Adolfo Simón. Además de dramaturgo (premio SGAE 1999), Zarzoso escribe poesía y se sube a los escenarios de vez en cuando.Pregunta. ¿Qué faceta prefiere?
Respuesta. Cada una tiene su riqueza, y todos son campos interrelacionados. Posiblemente, el escritor vive el mundo más desde la barrera y no lo padece tanto, mientras que, como actor, te lanzas al ruedo.
P. ¿Por qué le atrae la exposición de la intimidad?
R. Creo que, en este mundo en que vivimos, el hecho de aprender a mirar y a escuchar es muy importante, quizá porque te obliga a detenerte. En otros momentos la espiritualidad estaba en rezar o en irse a una montaña. Yo creo que ahora, en este mundo en que todo va tan deprisa, que no nos miramos ni nos oímos, creo que el hecho de detenerte un momento a mirar ya es importante. Me interesa que el espectador participe en la historia y se convierta en un voyeur, para que se recree y reflexione; es un juego teatral muy interesante.
P. Premio SGAE 1999. ¿Qué supone recibir un premio de los propios compañeros?
R. Tiene un carácter especial, porque quiere decir que tu obra ha interesado a los que están cerca, a los que comparten esta pasión por el teatro.
P. ¿Qué comportamiento espera del público?
R. Que mire y disfrute con la mirada asomándose al balcón de la Cuarta Pared y sueñe con estas historias.
P. ¿Madrid es un lugar propicio para mirar?
R. Desde luego. Yo vengo de una ciudad pequeña y aquí se me van los ojos hacia ese material que tiene Madrid, una mezcla de tantos seres humanos con sus particularidades. Es un lugar privilegiado, sobre todo para los que venimos de ciudades pequeñas.
P. ¿Por qué está de moda airear la intimidad?
R. Quizá es consecuencia del vacío de nuestra época. No hay apocalipsis, no hay grandes batallas, no hay ética, así que el material de comunicación es lo más cotidiano e incluso la intimidad de una manera a veces perversa, que es como aparece en las revistas del corazón. No es esa la intimidad que me interesa, busco el mundo de una intimidad que hace soñar, muy diferente a lo que cuentan las revistas del corazón.
Mirador, hasta el 24, en la sala Cuarta Pared (Ercilla, 17; metro Embajadores). 1.500 pesetas.
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