El pueblo de Porreres apenas celebra la gesta de su paisano

La medalla de oro conquistada por Joan Llaneras no alteró de forma significativa a la tranquila y rural localidad mallorquina de Porreres, a 30 kilómetros de Palma, donde viven unas 4.500 personas. Salvo el ruido de unos cohetes que alguien lanzó para celebrar la gesta del paisano, y la numerosas presencia de periodistas en la casa de los padres de Llaneras, nadie diría que un vecino del pueblo acababa de ganar una medalla olímpica, la primera que obtiene un ciclista insular en toda la historia.Todo allí conocen a Joan Llaneras, "el de las bicicletas", pero, acostumbrados a seguirle de lejos -fijó hace 10 años su residencia en Montagut (Girona)- sólo le recuerdan cuando ocupa las portadas de los diarios por alguno de sus triunfos. Más de un vecino no le perdona que durante dos años haya defendido a la selección catalana de ciclismo. Dicen que no es del agrado de todos en Porreres, quizás por su carácter, bastante reservado, pero sus admiradores afirman que un ciclista en pista está obligado a emigrar, por la sencilla razón de que Baleares no cuenta con las instalaciones adecuadas.

Porreres no se paralizó para seguir por televisión la carrera de Joan. Corrió a la misma hora que la mayoría de sus vecinos estaban trabajando. De hecho, su padre, Francisco, vio la actuación de su hijo con retraso, porque prefirió montar en su bicicleta, como hace diariamente, para recorrer 50 kilómetros. Cuando regresó a casa, Joan ya llevaba varias vueltas. "Estaba muy nervioso", dijo, a modo de disculpa. "Lo que ha hecho es demasiado y esperamos celebrar este éxito con una gran fiesta". Su madre, Cecilia Rosselló, aseguró que Joan "perseguía hace años una medalla de oro olímpica".