Un holandés por encima del fútbol
Hijo de un médico del PSV Eindhoven, Van den Hoogenband es un ídolo entre las quinceañeras
Elen trabaja como voluntaria en el servicio de prensa del Acuatics Center de Sydney. Con un desenfado muy holandés se ha saltado las normas que rigen para los trabajadores en las instalaciones olímpicas y se ha enfundado la camiseta de la selección de fútbol de su país.Lleva el número siete de su ídolo, Philip Cocu, nacido en Eindhoven, como ella y como su otro héroe, Pieter Van den Hoogenband. Elen sabe que es un día muy especial. Van den Hoogenband va a nadar las semifinales de 100 metros libres un día después de derrotar a Ian Thorpe en los 200 metros. "Es el mejor del mundo, mejor que Thorpe", dice la muchacha holandesa, que se dirige con paso rápido a la piscina. Cuando vuelve a la sala de prensa, no puede reprimir un grito de alegría que provoca la sorpresa de sus compañeros. Van den Hoogenband acaba de batir el récord mundial de 100 metros libres. Los periodistas se acercan a ella para pedir algún dato del nadador. "No sé mucho, sólo sé que es a pretty boy (un chico muy guapo)".En Holanda, Van den Hoogenband tiene el tratamiento de las estrellas del pop. Su popularidad entre las quinceañeras supera a la de los futbolistas, asunto difícil en un país que adora el fútbol. Tampoco es pequeño el prestigio de su natación. Holanda ha producido grandes campeones, y ahora le ha llegado el turno a Van den Hoogenband.
Hijo de una antigua subcampeona de Europa de 800 metros libres, Astrid Velver, y de uno de los médicos del equipo de fútbol PSV Eindhoven, Pieter van den Hoogenband ha vivido la mayor parte de sus 22 años entre piscinas. Comenzó como jugador de waterpolo, hasta el momento en que sus compañeros se quejaron por las dificultades que tenían para precisar los pases. Van den Hoogenband era demasiado rápido. En su trasvase a la natación, tomó como modelo al estadounidense Matt Biondi, ex plusmarquista mundial de 100 metros y gran jugador de waterpolo.
No fue un paso sencillo. Su madre estuvo a punto de obligarle a dejar la natación por las escasas facilidades que tenía para entrenarse en Eindhoven. Cornelius van den Hoogenband, su padre, consiguió finalmente la ayuda del PSV y de algunos patrocinadores para formar un club en la ciudad.
Su irrupción en la alta sociedad de los nadadores se produjo en los Juegos de Atlanta, donde alcanzó el cuarto puesto en las finales de 100 y 200 metros. Sólo contaba 18 años e inmediatamente se le etiquetó como el sucesor de Alexander Popov. Sus padres pensaron, sin embargo, que estaba descuidando los estudios, de manera que abandonó los entrenamientos durante el otoño y el invierno de 1996. En los Campeonatos de Europa de 1997, no era el mismo nadador que había causado sensación en Atlanta. Terminó quinto en los 100 metros libres y no se clasificó para la final de 200.
Dos años después, se consagró en los Europeos de Estambul.Ganó seis medallas de oro y venció a Alexander Popov, plusmarquista mundial de 100 metros en aquellas fechas, tanto en los 100 como en los 50 metros libres. Estaba preparado para el desafío olímpico. Amable y nada vanidoso, declaró tras batir en las semifinales el récord mundial de 200 metros que Ian Thorpe ganaría la prueba. Ganó él, en una carrera inolvidable. Ayer, volvió a hacer diana con su récord mundial de 100 metros, una marca que le coloca por derecho propio entre los mejores nadadores de la historia.
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