El director general de la CCRTV asume también la dirección de TV-3
El director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), Miquel Puig, sorprendió ayer al Consejo de Administración con la propuesta de asumir él mismo la dirección de TV-3 el próximo día 30. Puig sometió a la consideración de los consejeros el nuevo organigrama directivo de la cadena, en el que figura Josep Ferrer Pagès -ahora adjunto a la dirección general-, como secretario general, y Carme Ponte, como gerente. Tras, casi siete horas de debate, el consejo, unánimemente, lo aceptó.
Miquel Puig justificó su plan ante los consejeros con el argumento de que asumiendo él la dirección de la televisión autonómica se solucionaría uno de los problemas históricos que arrastra la cadena: el divorcio entre la dirección general y TV-3. Aunque el asunto de la sucesión de Lluís Oliva al frente de la cadena catalana no figuraba en el orden del día de la reunión del Consejo de Administración de ayer, Puig lo sacó a colación después de que trascendiera que el hasta ahora director de TV-3 ya había anunciado a sus colaboradores más cercanos que abandonaría el cargo próximamente.Lluís Oliva -que, según explicó Puig al Consejo de Administración, le había presentado su dimisión en mayo pasado, aunque él no la ha aceptado hasta ahora- comunicó ayer su marcha al comité profesional de la cadena. Aprovechó una reunión de los representantes de los periodistas con el director de informativos, Josep Maria Torrent, para dar noticia de que dejaba el puesto, aunque no les concretó ni la fecha en que se iría ni a qué empresa.
El relevo de Oliva, así como el de Joan Maria Clavaguera, director de Catalunya Ràdio, ha sido en los últimos meses una reivindicación constante del sector de consejeros progresistas de la CCRTV -que hasta ahora han apoyado la gestión de Puig - y también de los trabajadores de los medios de la Generalitat. La sustitución de quienes en los últimos años han estado al frente de la televisión y la emisora autonómicas ha sido considerada indispensable para abordar una nueva etapa de despolitización de los medios audiovisuales públicos en Cataluña.
La propuesta de Puig de asumir él la dirección de TV-3 a partir del mes de octubre pilló desprevenidos a los consejeros, que, cerca de las ocho de la tarde, después de más de tres horas de reunión, se tomaron un receso para calibrar con algo de calma qué postura adoptar ante el nuevo organigrama presentado por el director general. Tras un debate que, en la segunda parte de la reunión, se prolongó durante casi dos horas, los consejeros acordaron -aunque no se votó por no ser preceptivo- dar luz verde al triunvirato formado por Puig, Ferrer y Ponte -encargada actualmente de negociar un contrato programa de la CCRTV con la Generalitat.
Algunos de los consejeros expresaron en la primera parte de la reunión sus dudas de que esta fórmula de gestión de la cadena sea la más adecuada, y señalaron algunos riesgos. Por ejemplo, el peligro de que, con el nuevo escenario, Catalunya Ràdio quede relegada a "una especie de hermana pobre" de TV-3. Puig respondió que no es posible acometer la reforma de las dos empresas a la vez.
En privado, varios de ellos manifestaron su temor de que la decisión del director general de asumir la dirección de TV-3 se hubiera producido in extremis, ante la imposibilidad de hallar a algún directivo de la plena confianza de Puig que además fuera aceptado por del Consejo de Administración. Pero, finalmente, las dudas y el convencimiento por parte de algunos de que se trata de "una opción arriesgada" pesaron menos que la seguridad de que el director general es la persona adecuada para ejecutar el plan de reestructuración de los medios de la Generalitat elaborado por él mismo. Con todo, Puig garantizó que en el plazo más corto posible delegará en dos programadores la responsabilidad de los contenidos de TV-3 y Canal 33.
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