Las derrotas agrietan al equipo nacional
Falta de compañerismo
La falta de medallas ha calentado los problemas del equipo español. Kiyoshi Uematsu y Miren León volvieron ayer a ver de lejos los podios. A efectos estadísticos, León acabó la séptima (diploma). Pero es engañoso. Ganó un combate y perdió dos: el primero, eso sí, contra la campeona al final, la cubana Verdecia; el último, en la repesca, con la holandesa Gravenstijn. Uematsu venció en dos, pero perdió con el medallista de plata, el francés Benbudaud, y en la repesca con el coreano Han.El yudo español, que era un bloque en Atlanta, está enfermo de aspiraciones. Aunque la federación trata de templar gaitas, los intereses particulares, procedentes de los clubes, crean mal ambiente. Hoy, la gran favorita en los 57 kilos, Isabel Fernández, podría suavizar las tensiones si consiguiera la medalla esperada.
Las peticiones que hizo el sábado Óscar Peñas respecto a contar con entrenadores particulares o una mayor ayuda económica, entre otros detalles, no son sólo suyas. Según fuentes federativas, son los cinco yudokas internacionales del club Budokan los que plantean reivindicaciones que no son factibles económicamente ahora, pero sí en el futuro, y ello ha roto la magia que existía. Además de Peñas, se trata de Ernesto Pérez, Sara Álvarez, Esther San Miguel y Vanesa Arenas. Hay algún preparador físico que también quiere apuntarse a la historia. Y todos ellos, al olor de que hay más dinero en juego que antes y de que se pueden llevar el 50% de lo que ganen los atletas.
Por añadidura, hay casos particulares curiosos que reflejan aún más el aire enrarecido. Como el de Uematsu, cuyo carácter y manera de ser le han supuesto ser calificado por sus compañeros de mala persona. Hace vida aparte, con su hermano, y no quiso rotar los pases para los entrenamientos. Fue sintomático comprobar ayer cómo combatía en el más absoluto silencio mientras que el día anterior otros miembros del conjunto sí que eran animados. Parecía casi, casi, que sus colegas querían que perdiera.En comparación con él, León se puede dar por satisfecha, pero es que el cuadro femenino es más corto y puede ocurrir que el sorteo te favorezca. En cualquier caso, el séptimo puesto se lo debió a haber ganado a la argentina Mariani, una cabeza de serie, en el primer combate de la repesca. A falta de 1.31 minutos le marcó un precioso ippon. Había empezado recibiendo un koka y sólo había igualado con un shido.
