El androide olvidado
Eclipsado por Ian Thorpe, el australiano Michael Klim podrá proclamar que nunca un récord mundial de 100 metros libres ha merecido menos atención. Como primer relevista de su equipo batió (48.18 segundos) la legendaria marca (48.21s) del ruso Alexander Popov, con el que mantiene una estecha amistad y el mismo régimen de entrenamientos. Por aspecto y actitud, Klim está en las antípodas de Thorpe. Hay algo de androide en su figura, coronada por una cabeza afeitada, los ojos desorbitados y los huesos bien marcados en un cráneo poderoso. Intimida a primera vista.Detrás de esa imagen está un nadador que pasó un calvario en Atlanta 86. Allí llegó como Thorpe ha llegado a Sydney. Era el hombre dominante en los 200 metros libres y candidato firme en los 100. Contra todo pronóstico, Klim fue víctima de la blandura. No logró clasificarse para la final de 200 y no pudo acercarse a Popov en los 100. Decepciones de ese calibre suelen tener consecuencias funestas en las carreras.
Klim logró sobreponerse con la ayuda del entrenador ruso Gennadi Turetski, el descubridor de Popov. Turetski se trasladó a Australia tras el desplome de la antigua Unión Soviética. Poco después le siguió Popov. El caso de Klim es parecido. Polaco de nacimiento, se instaló muy joven con su familia en Australia. Con 18 años, figuraba entre los mejores especialistas del mundo en velocidad y mariposa. Sólo le faltaba endurecerse. El fracaso de Atlanta aconsejó a Turetski un nuevo estilo de vida para Klim. Le hizo viajar por todo el mundo y competir incesantemente. El proceso tuvo éxito. En 1998, Klim fue uno de los grandes protagonistas de los Mundiales de Perth. Su progresión se hizo evidente en todas las especialidades, sobre todo en 100 mariposa (tiene el récord mundial).
Sólo le queda pasar por la prueba del algodón de Sydney. Por lo que parece, está en disposición de ganar a Popov en los 100 metros y de vencer a su compatriota Geoff Huegill en los 100 mariposa. Con Thorpe ha desistido. Klim tenía asegurado el puesto en los 200 metros libre, pero lo ha dejado ante la imposibilidad de derrotar al hombre que tapa el sol al resto de los nadadores. Klim lo sabe desde ayer. Batió el récord de 100 metros y casi pasó desapercibido.
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