Frederik Hviid, el tapado
El 70% de sus fibras son largas, excelentes para el medio fondo en natación. Y su coco, como el lo llama, parece bien amueblado. Además, Frederik Hviid asegura que está en un momento dulce para dar guerra a los grandes astros, como el estadounidense Tom Dolan, el rey de los 400 metros estilos. El español, canario de padres escandinavos, nadará mañana su serie matutina (01.00 de la madrugada en la península) como un tapado que se quiere colar en la final vespertina. "Y luego ya veremos. Puedo darles un disgusto", advierte. "Si existieran los 1.500 estilos, Frederik sería el campeón del mundo porque tiene el biotipo perfecto", asegura su entrenador del Club Natacion Sabadell, el holandés Paul Wildeboer. Cábalas, fibras y biotipos aparte, Hviid disputará en Sydney los 400 estilos y los 1.500 libres; en esta distancia es simplemente bueno, por ahora; en los cuatro hectómetros aspira a meterse en el club de los elegidos, cuyos jerarcas son australianos y norteamericanos, con algún japonés por el medio. Y él sospecha que sus rivales de postín lo intuyen. Hace unos días se cruzó con Dolan, compañero de entrenamiento durante su estancia de ocho años en EEUU, al que admira como nadador y desprecia como persona: "Es un engreído incorregible. Al verle, hice un esfuerzo para ir a saludarle, pero me eludió y siguió andando. Tal vez vea en mi un peligro potencial y quiera amedrentarme. Pero no puede",explicó ayer, antes de aislarse del mundo para su trabajo psicológico. Tiene una confianza ciega en su entrenador: "Paul es formidable; empecé a trabajar provisionalmente con él en 1997, un mes antes del Europeo de Sevilla, donde fui subcampeón tras haber quedado siempre por detrás del quinto. Así que, en el verano de 1998, cambié de club para poder entrenar con Paul". Y ahí empezó un progreso que no admite dudas: subcampeón de Europa en piscina de 25 metros ese mismo año, bronce en el Mundial, campeón de Europa en piscina grande y pequeña en 1999. Insiste mucho en lo del coco: "El problema clásico del deporte español ha sido la mentalidad competitiva, aunque eso esta cambiando. Los nadadores nos dividimos en tres grupos: los que aspiran a ser campeones de Espana; los que quieren formar parte de la selección nacional y los que pueden entrar en la élite mundial. En más de un caso, la diferencia está en el coco".
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