El teatro de vanguardia desconcertó a la audiencia
Se ha especuladomucho sobre esta obra, en torno al flamenco y la vanguardia, el flamenco laico y no sacro, una larga siguiriya de muerte (Ortiz Nuevo dixit) y cosas parecidas. Cuando se producen hechos así, mi experiencia me dice que nadie sabe muy bien lo que se trae entre manos.
Yo tampoco lo tengo muy claro, la verdad. Sé que no es una obra flamenca, aunque haya flamenco como ilustración de algunos pasajes; pero también hay ilustraciones de otros géneros musicales. Lo de vanguardia se puede aplicar a la estructura teatral en sí, que desde luego no tiene nada de convencional. Lo de flamenco laico o sacro no sé qué significa, yo entiendo que hay flamenco y nada más, ese tipo de adjetivos podría concernir a los contenidos, pero no a otras cuestiones. Y en cuanto a la larga siguiriya es cierto que se hacen referencias a este cante -la copla final de la obra, dicha por Ortiz Nuevo, es impresionante-, y que está el cante mismo en la voz de Arcángel, pero nada más. Así que seguimos en la duda trascendente.
Lo que sí tenemos claro es que la obra desconcertó a la mayoría de la audiencia. Desconozco el original de Atxaga, pero supongo que es una obra bastante diferente a la que se nos ofreció en el escenario del teatro Lope de Vega. Ésta es una de esas creaciones realizadas pensando en unos cuantos iniciados, en un lenguaje con frecuencia críptico y poco accesible a la mayoría. Un lenguaje difícil, en suma, con pretensiones filosóficas en ocasiones y en otras de una pedantería sin paliativos. Las alusiones a hechos históricos, personajes literarios, obras teatrales, son constantes y repetidas hasta el empacho.Todo dicho con una intencionada lentitud, que no ayuda a hacerlo más llevadero.
Lentitud también en los movimientos, tremendamente ralentizados con frecuencia. Así que con el descanso del intermedio -que muchos espectadores creyeron fin de la representación y se fueron- nos pusimos en tres horas menos diez minutos de espectáculo, que evidentemente pesaron.
Me temo que esta jornada de la Bienal va a ser objeto de múltiples comentarios, incluso de polémica sobre la conveniencia o no de que un título como Inventario de Henry Bengoa debe programarse en un ciclo tan específicamente flamenco como la Bienal de Sevilla.
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