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FÚTBOL Liga de Campeones

El Deportivo sale a flote al final

Un gol de Naybet en el minuto 83 evita la derrota de los gallegos en Atenas

Xosé Hermida

El Deportivo sigue empeñado en demostrar que no ha existido el verano. Los coruñeses han comenzado el nuevo curso del mismo modo que acabaron el anterior: con una demostración de fortaleza en su estadio y una endeblez insólita en sus desplazamientos. Anoche, en Atenas, en su debú en la Liga de Campeones, los gallegos volvieron a mostrar su peor versión, la de un equipo que parece atrapado por la nostalgia cada vez que pone un pie fuera de casa. El Depor se paseó por el precipicio casi toda la noche y tuvo que esperar hasta la agonía del tramo final para, en una jugada rocambolesca, evitar una derrota que podría haber hipotecado sus sueños de grandeza europea.Cuando se trata de adivinar las intenciones de Javier Irureta, la crítica se ha acostumbrado a guiarse por una intuición: ante la duda, el técnico vasco suele optar casi siempre por la solución más conservadora. Pero anoche, Irureta desmintió todas los vaticinios que auguraban un Deportivo fortificado atrás y despoblado en la línea de ataque. Ante la baja de Djalminha, decidió prescindir del centrocampista de enganche e introdujo un segundo delantero, Pandiani, para acompañar a Tristán. El Depor, como en el arranque de la Liga ante el Athletic, abandonaba el sistema que le llevó al título en favor de un 4-4-2 con doble pivote.

PANATHINAIKOS 1 / DEPORTIVO 1

Panathinaikos: Nikopolidis; Olivares, Henriksen, Vokolos, Fissas; Karagounis, Paulo Sousa (Plifpsen, m. 55), Basinas, Kola (Sipniewski, m. 77); Warzycha (Koytsoures, m. 68) y Liberopoulos.Deportivo: Molina; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Romero; Víctor (Scaloni, m. 81), Emerson (Valerón m. 71), Mauro Silva, Fran; Pandiani y Diego Tristán (Sampaio, m. 86). Goles: 1-0. M. 28. Contragolpe del Panathinaikos, Paulo Sousa recibe en los tres cuartos del terreno y mete un gran balón, buscando el hueco libre a la espalda de la defensa gallega, que recoge Warzycha y marca. 1-1. M. 83. Tremendo error de Nikopolidis cuando intentaba despejar un balón alto en la esquina del área pequeña, Pandiani centra de chilena y Naybet remata a gol desde la frontal del área. Árbitro: Hugh Dallas, escocés. Amonestó a Naybet, Donato, Fissas. Unos 65.000 espectadores en el estadio Spiros Louis de Atenas.

El sistema no soluciona nada por sí mismo, porque el fútbol depende más de la mentalidad del equipo que de sutilezas tácticas, y los deportivistas, por mucho que cambiara el dibujo, se aferraron a las instrucciones del viejo chip que aplicaron el año pasado - con tenaz insistencia y desesperantes resultados- en casi todos sus partidos fuera de casa. Sobre el césped había dos delanteros, pero el equipo salió con la actitud de siempre lejos de Riazor: apocado, encogido y temeroso de tomar la iniciativa.

Frente a la inhibición del rival, el Panathinaikos se presentó dispuesto a empujar con todo lo que tenía a mano para golpear primero a su timorato rival, alentado por un público muy bullicioso. Al Panathinaikos le bastó su entusiasmo y el experimentado pilotaje de Paulo Sousa para meter en muchos problemas al Deportivo, que al cuarto de hora ya veía el gol rondando por las cuatro esquinas del área. Una acción aislada sirvió para recordar sus obligaciones al grupo de Irureta. Un largo y preciso centro de Víctor fue rematado junto al palo por Diego Tristán, y el Deportivo pareció que súbitamente se sacudía la modorra. El juego fue derivando poco a poco hacia el terreno griego, y los gallegos mostraron por fin cierta disposición a dictar el curso del choque. Pero la reacción se cortó bruscamente con el gol de Panathinaikos, fruto de un contragolpe y de un excelente pase de Paulo Sousa buscando la espalda de la defensa. El golpe dejó al campeón español tan aturdido que se pasó el resto del primer tiempo implorando la tregua del descanso.

Pero en la reanudación no cambió demasiado el choque. El juego se equilibró algo, pero el empuje del Panathinaikos volvió a crear serios problemas al Depor. Aunque el conjunto de Irureta se fue estirando más y más, los dos delanteros apenas sirvieron de nada ante la desconexión entre el medio y el ataque. Irureta trató de solucionar el problema recurriendo a Valerón con sólo 20 minutos por delante. Demasiado tarde para jugar al fútbol, por lo que al Depor no le quedó otro remedio que apelar al empuje para salir del precipicio. El gol acabó llegando a falta de siete minutos, en una acción increíble: un tremendo fallo del portero, una chilena a la desesperada de Pandiani y el remate final del más improbable de los goleadores, Naybet.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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