Con los socios a la espalda
El Alavés imprime el nombre de todos sus abonados en su camiseta europea
A los jugadores del Alavés, probablemente, la anécdota no les alterará el ánimo, pero esta campaña sudarán la camiseta directamente sobre el buen nombre de sus 13.200 socios. El conjunto de Vitoria estrenará en la UEFA una equipación que ha ensanchado la sonrisa de sus abonados: cada uno de ellos puede encontrar fácilmente su nombre y apellidos en dicha camiseta, y leerlo sin ayuda de lupa. Figurará en blanco, destacado sobre el fondo anaranjado del segundo uniforme del Alavés.Por una vez, el aficionado no abrazará el efecto del merchandising persiguiendo el apellido ilustre del recién fichado Jordi Cruyff. No, ésta vez, el ego de los abonados quedará satisfecho. Poco antes de confirmar su ingreso en Europa, dirigentes del Alavés celebraron una reunión con la firma de ropa deportiva que les equipa, Luanvi, y de la que reclamaban alguna idea fresca que agradeciera el apoyo de la afición. Decidieron que los socios acompañaran a los jugadores de forma virtual y probaron a alinear por orden alfabético en la camisola la identidad de sus 13.200 fieles. Entraban de sobra.
De hecho, entran cerca de 25.000. La operación tiene poco de estrategia económica. "No pretendíamos ponerlas a la venta, nuestra intención era tener un detalle con los abonados", asegura Alberto Olalde, relaciones públicas de la entidad. Sin embargo, el mismo día que el club expuso su idea ante la prensa, tuvo que cambiar de parecer y comercializar el gesto hacia su público. De momento, nadie ha podido pasearse con la prenda, aunque el club ya ha vendido 3.000 unidades. Mejor dicho, las ha reservado, puesto que las prendas están en proceso de fabricación. Las camisetas se venden a precio de coste: 3.700 pesetas cada, cuando la prenda original supera las 8.000.
Paradójicamente, el Alavés más ilusionante de las últimas tres décadas no logra captar un mayor número de socios. El club cuenta apenas con 13.000 socios, cuando la temporada pasada acumulaba 14.500. Entusiasma más la idea de asegurarse su apellido estampado que la de seguir el fútbol del equipo. Queda lejos la barrera de los 16.000 abonados que el Alavés confiaba en alcanzar a rueda del efecto europeo.
Vista de lejos, la peculiar indumentaria apenas resulta original, chillona eso sí, por el efecto anaranjado. Contemplada desde muy cerca, los jugadores pueden entretenerse en el vestuario descubriendo la identidad de sus incondicionales. La novedad puede generar nuevas formas de celebrar los tantos y desterrar definitivamente el hipócrita beso al escudo del club. Puestos a besar, los jugador podrán ahora concretar su agradecimiento.
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