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Tribuna
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ANTE EL CONGRESO DEL PA La renovación andalucista: personas y proyectos

Todo debate político debe centrarse en unos contenidos y concretarse en torno a determinadas personas que los asumen: se trata de una dualidad irrenunciable, porque los proyectos políticos y los contenidos programáticos no se llevan a cabo por sí mismos, sino mediante la labor consciente de unos dirigentes y unos militantes que los asumen y los llevan a la práctica.Es cierto que a veces las personas pueden parecer "obstáculos" en determinados procesos de renovación y por eso personalmente he reiterado que no me presentaré a cargo orgánico del PA en el próximo Congreso. Sin embargo, eso no excluye mi compromiso personal y político con unos determinados contenidos programáticos e ideológicos, que confluyen en torno a la renovación andalucista.

Quiero clarificar estos datos para salir al paso de cierto discurso intoxicador e interesado, que trata de resumir los conflictos internos del PA como un enfrentamiento entre dos personalidades: si se elimina ese enfrentamiento, piensan algunos, el conflicto desaparecerá como por arte de magia.

Las implicaciones de ese discurso, completamente al margen de contenidos políticos, me parecen peligrosas porque son como una nueva versión enmascarada del conocido discurso "oficialista": es decir, un discurso sin contenidos ideológicos, sin metas ni objetivos, más allá de los intereses personales de algunos. Por otra parte, la opción "ni uno ni otro" me recuerda a la más vergonzante anticampaña que jamás haya tenido que sufrir el Partido Andalucista (cuyas consecuencias negativas todavía estamos pagando) y que surgió precisamente del equipo asesor del actual presidente andalucista a mediados de los noventa.

El debate de la renovación debe articularse en torno a propuestas específicas y compromisos concretos; debe valorar en el propio congreso qué han hecho y qué no han hecho los dirigentes salientes; debe integrar una mayoría renovadora suficiente y elegir un equipo de personas con solvencia y capacidad de compromiso. Reiterar la vieja cantinela de ni uno ni otro, es intentar vaciar de contenidos el debate, esterilizar el potencial transformador de la renovación: significaría, al final, volver a concebir a la maquinaria andalucista como un simple entramado de poder al servicio de intereses organizados, algo de lo que los andaluces ya se han dado cuenta y que no podemos tolerar.

Por todo ello me resulta muy sospechosa la repetición de ese viejo discurso personalista cuando, personalmente, ya he reiterado mi posición ante el congreso: serán los asistentes a ese congreso de la renovación andalucista quienes se encarguen de comprobar qué contenidos programáticos y qué discursos y proyectos han sido defendidos y propuestos por cada uno.

El fututo del PA depende de su capacidad para adecuar su organización a las necesidades políticas y sociales de Andalucía. Para conseguirlo es necesario corregir los errores cometidos, evitar las rigideces y los vicios de funcionamiento y evitar los intereses espurios.

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Pero este futuro también dependerá sobre todo de nuestra capacidad para elaborar un nuevo proyecto autónomo, evitando las interferencias interesadas de los grupos de presión, que sea válido para afrontar los horizontes cruciales que nos deparará el siglo XXI.

Es nuestro futuro, el del PA y el de Andalucía lo que está en juego y de nosotros depende que el nuevo proyecto andalucista cumpla estos objetivos.

Quienes esconden su carencia de proyectos concretos detrás de argumentos o descalificaciones personales, tienen ahora la ocasión de clarificar posiciones y demostrar su auténtica postura ante la renovación andalucista.

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