Fullana gana su pulso con el COE
La campeona del mundo de bicicleta de montaña exigió no alojarse en la Villa Olímpica
Imposible hablar estos días con Marga Fullana. La campeona del mundo y máxima favorita para el oro olímpico en mountain bike no está para nadie que no sea Gert Jan Theunisse, Peter Janssen o Miquel Roselló. La ciclista balear no está para nada que no sea la concentración más absoluta, el entrenamiento más extremo, puerto mallorquín arriba, puerto mallorquín abajo. Es una ciclista única."Marga es como un reloj, Marga no es sencilla", dice Miquel Roselló, su compañero y mecánico. "Marga tiene que seguir unas pautas muy claras para que todo funcione. Es tan detallista que sólo funciona si todo es perfecto. Marga ya adoptó hace meses un sistema y no lo puede cambiar ahora sin que acabe en catástrofe". El sistema, las pautas, es unas personas y un entorno. Las personas: Gert Jan Theunisse, ex ciclista holandés (rey de la montaña del Tour en los tiempos de Pedro Delgado), que es el director de su equipo, el Specialized, su entrenador y mentor; Peter Janssen, médico holandés, que se encarga de su preparación psicológica, y Miquel Roselló. Su entorno: un lugar tranquilo, su gente a su lado, horarios estrictos (desayuno a las 7 de la mañana, cena a las 6 de la tarde; a la cama a las 9).
"Justo lo que hace y tiene antes de cada prueba de Copa del Mundo. Y los Juegos no pueden ser una excepción", dice Roselló. "Marga no puede ir a la Villa Olímpica con los demás deportistas primero porque tendría que estar conviviendo con otras tres ciclistas a las que apena conoce, luego porque tendría que ir a un comedor colectivo con otros 2.000 atletas, después porque para entrenarse una hora tendría que perder tres entre entrar y salir de la Villa, cargar la bici en un coche, irse lejos, pasar controles y todo eso. Y por último, porque no podría estar con su gente".
Gert Jan Theunisse, su entrenador desde hace tres años, así lo entendió y para poder estar siempre junto a Marga ha debido renunciar a su cargo de asesor de la federación holandesa, que tenía previsto acreditarle para los Juegos, y ahora corre el peligro de no poder acreditarse con Fullana, tanta es su confianza en sus posibilidades y el conocimiento de sus necesidades. No tan fácil ha sido convencer a la autoridades deportivas españolas.
Marga Fullana es una luchadora nata. Aunque contaba con el apoyo de la federación española para poder irse a una casa en las afueras de Sydney hasta tres días antes de su prueba (el sábado 23) y luego a un hotel cerca del escenario, el Fairfield City Farm, la ciclista ha tenido que echar el resto para convencer al Comité Olímpico Español, ante el que ha tenido que llegar casi a lanzar un ultimátum para conseguir su permiso.
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