Sólo queda Alzamora

A sólo 15 días de la última cita del Mundial en España, Emilio Alzamora (Honda) impidió ayer que el próximo Gran Premio de Valencia quedara deslucido de antemano. El campeón del mundo de 125cc consiguió una victoria espectacular en Portugal para animar a la afición a acudir al circuito de Cheste dentro de dos fines de semana. Sus colegas de la categoría reina, por el contrario, no hicieron nada para motivar a la parroquia. Definitivamente, las estrellas de 500cc se han apagado. En Estoril ganó el australiano Garry McCoy (Yamaha) y Àlex Crivillé (Honda) y Carlos Checa (Yamaha) acabaron perdidos en la clasificación.Alzamora se ha convertido en la única esperanza para que el año siguiente al glorioso 1999 no acabe en decepción. El piloto de Lleida resucitó su candidatura al título con el brillante resultado de ayer, tras una de sus mejores carreras. A falta de cuatro pruebas para que acabe el Mundial, se sitúa a 29 puntos del italiano Roberto Locatelli (Aprilia), segundo en Estoril, que heredó el liderato gracias a la caída del japonés Youichi Ui (Derbi).

El desarrollo de la carrera de ayer lo hubiera firmado Alzamora antes del semáforo verde. El desenlace también resultó ideal. Esta vez salió bien y aguantó el tirón de las Derbi de Ui y del joven piloto de San Marino Manuel Poggiali. Cuando el número uno se situó a la estela de las balas rojas, el ritmo se hizo frenético, y los tres distanciaron al resto, especialmente a Locatelli, autor de una partida nefasta. La presión del campeón fue fatídica para Ui, hasta ayer líder del Mundial. Se cayó en la novena vuelta y rompió su racha de buenos resultados.

Un poco más tarde, Alzamora se quedó solo, cuando a Poggiali se le rompió el motor. El piloto español acabó imponiéndose con 3,6 segundos de ventaja sobre Locatelli, que remontó desde la 15ª hasta la 2ª posición. Tercero se clasificó el francés Arnaud Vincent (Aprilia).

En 500cc, la historia de ayer se pareció a la de las últimas carreras. Los españoles que había entre los 40.000 espectadores que asistieron al primer gran premio en Portugal soñaron durante muchas vueltas con que la tendencia iba a cambiar gracias a Sete Gibernau (Honda). El piloto catalán, en su mejor prestación del año, peleó por las primeras posiciones hasta que se cayó espectacularmente a siete vueltas del final.

Gibernau, que ha fichado por Suzuki para el año próximo, realizó una gran salida y se colocó en cabeza en el primer tramo. Todo lo contrario que sus colegas Crivillé y Checa, que volvieron a empezar fatal y deambularon por el fondo del grupo durante toda la prueba para acabar 6º y 12º respectivamente. El todavía campeón maquilló su actuación al final para ser el mejor español de la clasificación del día en 500cc, mientras que Checa continuó el desencuentro con su moto y enterró las pocas opciones que le quedaban de pelear por el título.

El piloto español de Yamaha está ahora tercero, a 62 puntos del estadounidense Kenny Roberts (Suzuki). Éste se clasificó ayer segundo y demostró de nuevo que sólo él puede perder la corona. Con la calculadora en marcha, no le importó la cómoda victoria del espectacular McCoy, el rey del derrapaje, porque todos sus rivales quedaron por detrás. El más cercano, el italiano Valentino Rossi, que fue tercero, se encuentra ya a 46 puntos del líder, cuando sólo quedan 100 en juego (25 por cada carrera). Por último, en 250cc ganó el japonés Daijiro Katoh (Honda) y el francés Olivier Jacque (Yamaha), segundo, se escapa en el Mundial.