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La crisis de los neumáticos defectuosos de Firestone golpea la imagen de Ford

Enric González

Agosto ha sido un mes catastrófico para Firestone. Desde el día 9, cuando reconoció deficiencias en 6,5 millones de neumáticos y ofreció su sustitución gratuita, a la compañía se le han acumulado los infortunios. Sus acciones han caído un 40%, las autoridades de Estados Unidos y Venezuela han abierto sendas investigaciones y empiezan a gotear demandas multimillonarias por accidentes de tráfico presuntamente causados por los neumáticos defectuosos. Ford, uno de sus principales clientes, se ha visto engullido por la crisis.

El Congreso de EE UU quiere saber por qué la firma automovilística no hizo nada cuando detectó, el año pasado, que los neumáticos no eran seguros. El modelo de Ford Explorer es el más afectado. Un mínimo de 62 personas han muerto en las carreteras estadounidenses en accidentes relacionados con Explorers y Mercury Mountaineers, calzados con las conflictivas cubiertas. El segundo fabricante mundial de automóviles ha analizado los neumáticos que utiliza en Venezuela y ha descubierto que les faltaba una capa de caucho y una cubierta especial de nylon. Ford ha tenido que paralizar, desde el lunes y durante tres semanas, la producción en tres de sus factorías para dedicar las cubiertas almacenadas en ellas a sustituir las que utilizan los vehículos ya en circulación. La compañía automovilística reclama que la retirada de productos Firestone se amplíe a Colombia, Ecuador, Tailandia, Malasia y Oriente Próximo. Amenaza con establecer contratos con Michelin, Goodyear y Continental, los grandes competidores de Firestone.

Firestone dice haber respetado las especificaciones de calidad exigidas por Ford. Pero admite que hubo "errores involuntarios de etiquetaje". Ha retirado de sus almacenes los neumáticos de los que se queja Ford, pero mantiene que no es necesario sustituir los que ya circulan.

La comisión de congresistas se reunió el lunes con los directivos de Firestone para preparar la investigación oficial que comenzará el 6 de septiembre en la Cámara de Representantes. "Sospecho que se enfrentan a un serio problema", dijo Billy Tauzin en su condición de presidente del subcomité parlamentario de protección al consumidor y de ciudadano afectado por las cubiertas defectuosas.

La opción del silencio

Ford también se enfrenta a un problema. Los investigadores del Congreso han convocado a varios de sus directivos para saber por qué, cuando empezaron a detectarse los fallos, optó por el silencio. El riesgo de sanciones e incluso de acciones penales ha deteriorado el precio de las acciones de Ford en los dos últimos días. Las autoridades venezolanas también han lanzado una doble investigación, sobre Firestone y sobre Ford. Si detectan fraude con resultado de muerte (se calcula que un centenar de personas pueden haber fallecido en Venezuela por estallido de neumáticos), podrían abrirse procesos penales. En EE UU ya se han planteado en los tribunales las primeras demandas multimillonarias. Un juez de Texas ha citado a declarar a Masatoshi Ono, presidente ejecutivo de Bridgestone, la corporación japonesa propietaria de Firestone.

Firestone cifró en 350 millones de dólares (65.100 millones de pesetas) el coste de la retirada de neumáticos. Un análisis de la consultora Merryll Lynch estima en unos mil millones de dólares (186.000 millones de pesetas) la cantidad para hacer frente a una campaña de demandas civiles. El análisis considera que la solvencia de Bridgestone no debería verse afectada, ya que le bastarían los beneficios de un solo año para cubrir los gastos.

Bridgestone ha movilizado todos sus recursos para limitar el desastre de Firestone. Fabricará en sus factorías japonesas 450.000 neumáticos adicionales entre septiembre y diciembre a corporación (un aumento cercano al 300%) para acelerar las sustituciones. Ha fletado un avión de carga Boeing 747 para transportar los neumáticos al otro lado del Pacífico (5.000 en cada viaje). Y sus directivos se declaran convencidos de que Firestone saldrá del bache.

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