Campeona a los 41

Deporte minoritario

Los futbolistas son viejos en cuanto cumplen los treinta. A las gimnastas la vida deportiva se les acaba a los veinte. El deporte de competición está reñido con cumplir años. Cristina Médem ha roto esta máxima al convertirse en campeona de Europa a los 41. Y lo ha hecho en un deporte minoritario, como es el esquí acuático, y pese a vivir en una ciudad donde los espacios para practicar su deporte escasean.Ese obstáculo no ha mermado nunca la moral de esta deportista, sino todo lo contrario, ha hecho que su tesón creciera. El domingo por la noche, en un lago de la ciudad danesa de Vallaensback, alzó su copa como campeona de un deporte que comenzó a practicar junto a sus seis hermanos cuando sólo tenía 14 años. "Sí, soy un poco vieja para esto. Pero me da lo mismo. La edad nunca me ha importado. Pienso seguir entrenándome hasta que se me caigan los dientes", cuenta Cristina recién llegada de Dinamarca. "En realidad creo que los años me han ayudado a llegar tan alto. Este deporte, al igual que sucede con el golf, necesita mucha técnica, mucha cabeza y experiencia, y esas cosas te las dan los años. En medio minuto te juegas todo. Tienes que tomar decisiones a 120 kilómetros por hora", añade.

Experiencia y técnica son dos cosas que Cristina Médem ha acumulado en 29 años de práctica deportiva. El esquí acuático forma parte de su mundo desde siempre. Aunque la suya también es una historia de casualidades.

Por casualidad, los padres de Cristina compraron una casa en el pantano de Entrepeñas y, por casualidad, un buen día decidieron matar las horas del fin de semana probando qué era eso del esquí acuático. Como todos los novatos, Cristina y sus hermanos se pasaron muchos veranos más tiempo debajo del agua que deslizándose sobre ella. "Todos nos enganchamos a este deporte", recuerda. Tanto le gustó a Cristina que en cuanto tuvo 18 años dio clases particulares a niños para comprarse un billete a Florida. En Miami pasó una larga temporada mejorando su técnica. Allí conoció a Ricardo Botas, uno de los mejores pilotos de la especialidad, que ahora es su marido.

Cristina y Ricardo han tenido dos hijas: Nadim y Sara, que, como sus padres, se mueven como peces en el agua. Nadim, con 14 años, logró hace dos el título que a su madre le ha costado tanto tiempo conseguir. Ellas son dos campeonas españolas que pueden pasear sus títulos por Europa. "Mi hija ha sido la primera en felicitarme. Me dijo: 'Mami, sabía que algún día lo ibas a lograr. No te retires".

Cristina sigue esquiando porque le gusta, pero también por su hija y por tantas mujeres a quienes los dirigentes deportivos no apoyan. "En un deporte minoritario como el nuestro es muy difícil encontrar ayuda y más si eres una mujer. Muchas chicas de nuestra generación hemos oído eso de: 'Y si te casas y tienes hijos, ¿qué hacemos con el dinero que invertiríamos en ti?' Yo he demostrado que una cosa no está reñida con la otra".La nueva campeona es una mujer hiperactiva. Psicóloga de carrera, trabaja en el sector inmobiliario, dirige su casa y aún encuentra tiempo para entrenarse. Ahora, por si fuera poco, se ha lanzado junto a su marido al proyecto de que Madrid disponga de un lago artificial para que todo el mundo tenga a su alcance la práctica de este deporte.

"Hemos presentado un proyecto a la Comunidad y al Ayuntamiento en el que proponemos la construcción de tres lagos artificiales en la zona de Ciempozuelos", explica, "espero que mi título sirva para que se nos abran algunas puertas. En Barcelona, por ejemplo, tienen agua por todas partes y además ayuda de las instituciones".