Frutos se opone a cambiar los estatutos de IU para elegir al líder
Dificultades para Llamazares
El secretario general del PCE, Francisco Frutos, entró ayer en la polémica por el método para elegir al sucesor de Julio Anguita al frente de Izquierda Unida. Frutos, candidato aún no declarado, dijo que le trae "al pairo" el sistema por el que se opte, aunque indirectamente apostó por el que marcan los actuales estatutos.El asturiano Gaspar Llamazares, máximo rival de Frutos en la carrera por el liderazgo de IU, promueve un cambio en las normas que permita que sean los 800 delegados en la asamblea de octubre quienes voten directamente al coordinador general. Los estatutos marcan ahora que los delegados deben elegir a 70 de ellos, que luego votan, lo que fomenta todo tipo de pactos en la cúpula.
Frutos rechazó de plano el argumento central de Llamazares: que el método de elección por voto directo de la asamblea es "más democrático". "Esa democracia se amplía cuando interesa, porque tan democrático puede ser hacerlo de una forma como de la otra", dijo el líder del PCE.
El problema del método, que también marcó las semanas previas al congreso del PSOE, el pasado julio, no es tan formal como pueda parecer. El actual sistema obliga a todos los candidatos a presentar una lista con 70 nombres. Eso dificulta mucho la candidatura de personas como Llamazares, que podrían llegar a tener apoyos con el voto secreto pero no abiertamente, puesto que el aparato, especialmente el del PCE, lo controlan quienes apoyan a Frutos.Es algo similar a lo que sucedió en el congreso del PSOE. El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, obtuvo casi 100 avales más que José Luis Rodríguez Zapatero, que sin embargo luego, en votación secreta, ganó la secretaría general.
Frutos también defendió otro de los puntos polémicos: la posibilidad de que el PCE pueda nombrar a un candidato propio y llevarlo como tal a la Asamblea. Algo que han criticado personajes relevantes como la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, o el diputado por esa provincia, Luis Carlos Rejón.
Llamazares volvió ayer a defender ese cambio de los estatutos. El asturiano argumenta que ésta no será una asamblea "normal" porque hay que buscar un sucesor al que ha sido el líder durante los últimos 12 años. Además, la grave crisis en la que se encuentra la coalición la convierte en una reunión clave que marcará el futuro de IU. Por eso, dice Llamazares, él apuesta por la elección directa, un método que aumentaría sin duda las posibilidades de su candidatura.
El líder de la federación asturiana y del PCE de esa región propuso también que las asambleas locales, que eligen a los delegados para la asamblea federal de octubre, incluyan un voto indicativo del candidato que prefieren. Esto haría que la militancia pudiera participar en la elección directa del coordinador general.
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