Dos triunfadores y medio
No es frecuente que en la plaza de Las Ventas se dé el resultado de que, en una corrida, obtengan dos matadores sendos trofeos. Ayer, incluso, pudieron haber llegado a ser tres, si Rodolfo Núñez no hubiera necesitado dos golpes de descabello para despenar al sexto. De no haber sido así, los tres espadas habrían tocado pelo, suceso que habría entrado en los anales de lo insólito. Andrés Sánchez se llevó, pues, la oreja del cuarto y Miguel Martín la del quinto. Rodolfo Núñez se quedó en la mitad y se conformó con pasear el anillo tras la muerte del que cerró plaza.Las faenas orejeadas fueron de distinto matiz. Andrés Sánchez hizo la suya a un burel bien armado, listo, que salió renqueante y trastabilleando, no se empleó mucho en varas y llegó a la muleta con dulzura. Andrés inició su labor con empaque y suavidad y lo llevó con temple y acoplamiento, si bien desde prudente lejanía. Después se iría arrimando más el salmantino y la faena fue para arriba, con muletazos lentos, despaciosos. Se comportaba el torito con suave docilidad y Andrés Sánchez lo llevaba con perfumado mimo. Fue una faena lenta y edulcorada, que gustó a la parroquia.
Pla / Sánchez, Martín, Núñez
Toros de Hernández Pla (uno rechazado en el reconocimiento), de presencia muy justa, flojos, dóciles. 3º, inválido. 5º, de Julio de la Puerta, devuelto al romperse un pitón. Sobrero, de Antonio San Román, aceptable, encastado.Andrés Sánchez: dos pinchazos, media y descabello (silencio); estocada caída (oreja). Miguel Martín: estocada corta caída y descabello (silencio); estocada desprendida (oreja). Rodolfo Núñez: estocada ladeada (algunas palmas); estocada y dos descabellos (vuelta). Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del ex matador Alfredo Corrochano. Plaza de Las Ventas, 27 de agosto. Un cuarto de entrada.
Miguel Martín ofreció un plato de diferente gusto. Le correspondió el sobrero de San Román, un ejemplar de no mucha fuerza, al que castigaron poco y que sacó casta y acometividad ante el engaño. Martín le dio distancia, le adelantó siempre el trapo y le hizo una faena muy técnica, que si de algo pecó fue de frialdad. Brotaban los pases, largos y bien construidos, todos ellos con una estela de hielo y escarcha. Pero Martín había estado torero y animoso en sus dos enemigos, facilón en banderillas e inspirado en quites, sobre todo en unas gaoneras muy aparentes a ese quinto toro.
Tampoco estuvo mal Rodolfo Núñez con el sexto, otro toro pastueño y sin problemas. Ligó el madrileño dos tandas de derechazos con mando y hondura, muy metido en la faena. Rodolfo es un torero con mucha estatura, de esos que llegan con dificultad al público y como, además, no mató a la primera, se quedó sin trofeo. Pudo haber sufrido un percance al ser cogido en un exceso de confianza por el inválido tercero.
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