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El PP pretende lanzar a los ministros Piqué y Birulés como sus líderes electorales en Cataluña

Javier Casqueiro

El PP afrontará este otoño la renovación de buena parte de sus cargos en los 45 congresos provinciales, que comenzarán a mediados de septiembre con la convención regional de Cataluña. Su secretario general, Javier Arenas, se entrevistó en julio con los dirigentes populares en todas esas provincias y les exigió que cambien al menos el 40% de los dirigentes y que aumente en un 80% el número de mujeres en puestos de mando. En Cataluña, Arenas confirmó que seguirá como presidente Alberto Fernández, pero los papeles estelares se reservan para los ministros catalanes, Josep Piqué y Anna Birulés. La incorporación de la titular de Ciencia y Tecnología al partido se afrontará en breve.

"Ultimátum" a Cacharro

Arenas pretende "ensanchar la base ya interclasista" del PP y profundizar las relaciones del partido con todos los sectores próximos, por ejemplo, con los autónomos. Arenas demandó, además, la conocida máxima en el PP de "renovación por adición" para atraer al partido entre los sectores más jóvenes de la sociedad, que centrará el congreso nacional de Nuevas Generaciones en enero. El número dos del PP prometió que nadie se quedará sin un puesto digno. Arenas suele presumir de que ahora mismo el PP puede permitirse ofrecer una salida a casi todos sus dirigentes. Y sostiene que ésa es la base fundamental para prolongar la actual cohesión interna del PP.

Sin embargo, Arenas es consciente de que tendrá que afrontar este mismo otoño otro reguero de pequeños conflictos internos, con provincias en las que no se llegará al acuerdo para plantear ante el congreso una única lista para su dirección. La cúpula del PP, en cualquier caso, espera que esa competición entre varios candidatos se produzca sólo en media docena de cónclaves.

En Cataluña, el único congreso regional que se desarrollará a mediados de septiembre como preámbulo de todos los demás provinciales, no se esperan problemas, al margen de que al final pueda concurrir una lista alternativa a la oficial, que encabezará Fernández. Esa opción aún no ha cuajado. Sí se sabe que la dirección nacional apuesta abiertamente por que Fernández continúe como máximo responsable formal del PP de Cataluña.

Sin embargo se reserva el papel de líder electoral en la comunidad al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, quien ya ocupó el número uno de la lista por Barcelona en las últimas generales y tendrá un protagonismo singular durante el congreso. Será el ponente del documento político más relevante y estará en la nueva ejecutiva "con una función compatible con la de Fernández". Además, uno de sus hombres de máxima confianza -en Madrid querrían que fuese Francisco Vendrell- ocupará la vicesecretaría general.

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En la cúpula del PP, además, se apuesta por que Birulés, próxima a Piqué y de su mismo entorno sociopolítico, deje de ser independiente y se haga militante en poco tiempo. Si esa afiliación se hiciese efectiva antes del congreso, Birulés tendría garantizado un puesto en la ejecutiva. En caso contrario se pospondría su nombramiento.

En el PP lo que de verdad preocupa con respecto a Cataluña es que se aproveche ese momento del congreso para "dar el gran paso adelante que falta en esa organización y que consistiría en dejar de ser un partido decisivo para ser realmente alternativo al Gobierno tradicional de CiU o hipotético del PSC".

Arenas ha trasladado también a los dirigentes territoriales un nuevo criterio político de incompatibilidades internas, más completo que el actual y que le acarreará nuevos problemas. Los estatutos vigentes del PP establecen solamente la incompatibilidad de los diputados nacionales con el cargo de presidentes provinciales del partido. Arenas quiere desde ahora una mayor "especialización" y en los congresos provinciales de este otoño intentará que se asuma que "no debe haber dirigentes con más de dos responsabilidades, una partidaria y otra institucional". Ahora ese criterio no se cumple en numerosos casos. El ejemplo más palmario es el del presidente del PP de Lugo, Francisco Cacharro, senador y presidente de la Diputación. Precisamente ayer Cacharro anunció su renuncia a ser reelegido como presidente del los populares lucenses y explicó, en una entrevista en El Progreso, que esa decisión responde a un "ultimátum" de la dirección nacional.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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