Las operadoras caen en la Bolsa por la cuantía de sus ofertas
Ofrecer cifras astronómicas en una subasta es doloroso, pero peor es el momento en el que el pago se debe hacer efectivo. Los seis ganadores de las licencias de telefonía móvil multimedia en Alemania tendrán que recurrir de forma masiva al endeudamiento para pagar antes de un mes los 8,4 billones de pesetas ofrecidos en conjunto. Los mercados ya pasaron ayer factura, con pérdidas generalizadas de los valores de telecomunicaciones en las grandes bolsas europeas.Las acciones de Telefónica perdieron un 5,31%, hasta los 23,90 euros. Los títulos estuvieron a la baja toda la mañana, pero justo en el momento de conocerse el resultado de la subasta alemana, la caída se agudizó. France Télécom también perdió, un 3,13%. Igual que Vodafone (3,46%), British Telecom (1,09%) y Deutsche Telekom (3,62%). "Existe una confusión entre las perspectivas de crecimiento del mercado de las grandes operadoras y sus perspectivas de beneficios", afirmó Marc Renaud, director general de CCR Actions en París. "Pero son todavía muy fuertes".
Las ganadoras de las licencias, sin embargo, tendrán que superar las caídas bursátiles para hacer frente al pago del dinero que se han comprometido a ingresar en las arcas públicas alemanas. Mientras el Gobierno alemán reducirá su deuda con los 8,4 billones de pesetas que ingresará por las seis licencias de telefonía móvil multimedia, las operadoras aumentarán la suya. Las compañías no disponen de tanto dinero en sus reservas de guerra.
Endeudarse para pagar
Muchos analistas estiman que las nuevas emisiones de obligaciones de las operadoras de telecomunicaciones alcanzarán los 35.000 millones de euros (5,8 billones de pesetas) en los próximos meses. Éstas deberán sumarse a las ya efectuadas por algunos grupos, como Deutsche Telekom, que en junio llevó a cabo la mayor emisión de bonos de la historia industrial (14.600 millones de dólares o 2,6 billones de pesetas)"Vamos a bajar la nota de la casi totalidad de los grupos después de la subasta", afirmó ayer la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor. Todo apunta a que el escenario ha cambiado. "Suscita incertidumbres; yo no hablaría de consecuencias dramáticas, pero sí de consecuencias", explica Ulrich Beckmann, analista del Deutsche Bank.
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