Fuego
Las cosas han cambiado mucho en nuestro país gracias al progreso y a la riqueza. Pero los incendios, no.¿Ha visto alguien arder un monte, ha visto como los pinos prenden como yesca y se convierten en antorchas monstruosas que se propagan a velocidades de vertigo por valles y cerros, dejando tras de sí un panorama de desolación y sembrando el pavor en las poblaciones cercanas? No creo que lo hayan visto los encargados de evitar tales incendios, porque si así fuere el pánico, la tristeza, el temblor que provocan habrían despertado su dormida inteligencia y habrían puesto en marcha un programa de previsión y una organización que actuara con eficacia. No hay más que ver el caos que se forma en áreas cercanas al desastre. No hay más que comprobar cómo las camionetas recogen a los mossos d'escuadra cuando se les acaba el turno, como si las llamas tuvieran también sus horarios. Entre otras cosas.
Pero no todo es culpa de la imprevisión y la desidia. El incendio ocurrido la semana pasada en Girona se ha producido tras días de lluvia y sin embargo acabó con cientos de hectáreas, algunas de las cuales son parque nacional. Así que los propietarios no tienen obligación de limpiar los bosques, porque el Medio Ambiente de la Generalitat dice que es responsabilidad suya. Sin embargo, no los limpia. No sabemos por qué. Pero da igual, lo que no es parque nacional tampoco se limpia: los bosques no están desbrozados, ni los olivares, ni los encinares, ni los terrenos yermos, y cuando cae una cerilla, por húmeda que esté la tierra, prenden las llamas y el calor y el viento las propagan.
Quizá no importa que cada año se quemen bosques. Quizá así será más fácil construir urbanizaciones y carreteras, las grandes obsesiones de nuestra civilización del bienestar. Lo cierto es que del incendio no se ha vuelto a hablar y no ha habido ninguna dimisión. Claro que si dimisiones no las hay ni por las muertes de ETA, no veo yo porque tiene que dimitir nadie por un incendio.
¿En manos de quién estamos?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.